sábado, 26 de febrero de 2011

HACIA UNA NUEVA REALIDAD.



A menudo es suficiente darse una vuelta por los alrededores, para comprender que no hay nada como respirar aire nuevo, comprobar de qué manera afecta el sol a las estructuras que nos circundan y rodean, para comprender por otro lado cómo la realidad que pensamos tan nuestra, tan exacta y precisa, no es sino relativa, cambiante, sujeta en la mayoría de ocasiones a interpretaciones y conductas dependientes en muchos momentos incluso del talante con el que se afronten.

Lo que quiero decir es que, a menudo, la aparente estructura dogmática sobre la que se apoya nuestro mundo, no es sino el resultado de una "creencia tradicional", según la cual las cosas siempre han sido así, y lo que es más seguro, seguirán siendo así siempre.

Llegados a estas alturas, muchos estarán ya encantados de poder decir que me he vuelto loco. Evidentemente, en un Mundo como el nuestro, en el que la "dinámica del cambio" es la llama que impregna toda teoría que se precie, sea esta de carácter Físico, Químico, o por supuesto Social, venir ahora a hablar de la existencia o no de estructuras estables, impermeables por definición a esos cambios, es poco menos que suicidarse conceptualmente. Sin embargo, son esos mismos los que acto seguido se echan a dormir en la tranquilidad que les aporta a sus sueños el creerse en posesión de estructuras inamovibles, desde las cuales cimentar sin miedo todas sus aspiraciones, cuando no directamente todos sus deseos.

Porque, llegados a este extremo, quién está verdaderamente seguro de nada. Los conceptos pétreos, displicentes y eternos en los que estos, nuestros ídolos modernos, a saber Teoría Económica Capitalista, Teoría Social de Liberalismo que le es consecuente, y el largo etcétera de proposiciones que a día de la fecha manejamos, se han caído. Y digo caído porque se han venido abajo por sí mismas, se han desplomado sin que nada ni nadie, al menos nada ni nadie ajenos a ellas mismas, se manifestara como agente directo del percance.

¿O es que alguien podía predecir con verdadera solvencia algo de lo que está ocurriendo.? Los máximos responsables del FMI. reconocían hace algunos días, a la par que daban a D. Rodrigo RATO una soberbia colleja, que no habían sido capaces ni tan siquiera de intuir vagamente la que había caído. Mientras, hemos tenido que presenciar con honda preocupación, y nada indica que no debamos de seguir teniendo que aguantarlo en el futuro más próximo. la incompetencia de nuestros líderes quienes, tanto en el plano social como en el estrictamente económico, demuestran estar tan alejados de las soluciones, como bien podían estarlo los remedios de nuestras abuelas, con el agravante de que nuestras abuelas cobraban bastante menos, y le ponían mucho más cariño.

Y en medio de todo esto, la banca. Todos parece que ya hemos aceptado que ella residen todos nuestros males. Sin embargo, parece que igualmente parece que hemos aceptado la incapacidad manifiesta para hacerles frente. Tenemos miedo a un "Mundo sin Banca", y lo que es peor, nuestros dirigentes parecen temerlo aún más que nosotros.

¿PUEDE VIVIRSE EN UN MUNDO SIN BANCA....?
AQUÍ VA UNA RESPUESTA, OBTENIDA DEL MUNDO REAL.


Recientemente nos han sorprendido los acontecimientos de Túnez que han
desembocado en la huida del tirano Ben Alí, tan demócrata para
occidente hasta anteayer y alumno ejemplar del FMI. Sin embargo, otra
“revolución” que tiene lugar desde hace dos años ha sido
convenientemente silenciada por los medios de comunicación al servicio
de las plutocracias europeas. Ha ocurrido en la mismísima Europa (en
el sentido geopolítico), en un país con la democracia probablemente
más antigua del mundo, cuyos orígenes se remontan al año 930, y que
ocupó el primer lugar en el informe de la ONU del Índice de Desarrollo
Humano de 2007/2008. ¿Adivináis de qué país se trata? Estoy seguro de
que la mayoría no tiene ni idea, como no la tenía yo hasta que me he
enterado por casualidad (a pesar de haber estado allí en el 2009 y el
2010). Se trata de Islandia, donde se hizo dimitir a un gobierno al
completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no
pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa
de su execrable política financiera y se acaba de crear una asamblea
popular para reescribir su constitución. Y todo ello de forma
pacífica: a golpe de cacerola, gritos y certero lanzamiento de huevos.
Esta ha sido una revolución contra el poder político-financiero
neoliberal que nos ha conducido hasta la crisis actual. He aquí por
qué no se han dado a conocer apenas estos hechos durante dos años o se
ha informado frivolamente y de refilón: ¿Qué pasaría si el resto de
ciudadanos europeos tomaran ejemplo? Y de paso confirmamos, una vez
más por si todavía no estaba claro, al servicio de quién están los
medios de comunicación y cómo nos restringen el derecho a la
información en la plutocracia globalizada de Planeta S.A.
Esta es, brevemente, la historia de los hechos:

A finales de 2008, los efectos de la crisis en la economía islandesa
son devastadores. En octubre se nacionaliza Landsbanki, principal
banco del país. El gobierno británico congela todos los activos de su
subsidiaria IceSave, con 300.000 clientes británicos y 910 millones de
euros invertidos por administraciones locales y entidades públicas del
Reino Unido. A Landsbanki le seguirán los otros dos bancos
principales, el Kaupthing el Glitnir. Sus principales clientes están
en ese país y en Holanda, clientes a los que sus estados tienen que
reembolsar sus ahorros con 3.700 millones de euros de dinero público.
Por entonces, el conjunto de las deudas bancarias de Islandia equivale
a varias veces su PIB. Por otro lado, la moneda se desploma y la bolsa
suspende su actividad tras un hundimiento del 76%. El país está en
bancarrota.
El gobierno solicita oficialmente ayuda al Fondo Monetario
Internacional (FMI), que aprueba un préstamo de 2.100 millones de
dólares, completado por otros 2.500 millones de algunos países
nórdicos.
Las protestas ciudadanas frente al parlamento en Reykjavik van en
aumento. El 23 de enero de 2009 se convocan elecciones anticipadas y
tres días después, las caceroladas ya son multitudinarias y provocan
la dimisión del Primer Ministro, el conservador Geir H. Haarden, y de
todo su gobierno en bloque. Es el primer gobierno (y único que yo
sepa) que cae víctima de la crisis mundial.
El 25 de abril se celebran elecciones generales de las que sale un
gobierno de coalición formado por la Alianza Social-demócrata y el
Movimiento de Izquierda Verde, encabezado por la nueva Primera
Ministra Jóhanna Sigurðardóttir.
A lo largo del 2009 continúa la pésima situación económica del país y
el año cierra con una caída del PIB del 7%.
Mediante una ley ampliamente discutida en el parlamento se propone la
devolución de la deuda a Gran Bretaña y Holanda mediante el pago de
3.500 millones de euros, suma que pagarán todos las familias
islandesas mensualmente durante los próximos 15 años al 5,5% de
interés. La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la
ley a referéndum. En enero de 2010 el Presidente, Ólafur Ragnar
Grímsson, se niega a ratificarla y anuncia que habrá consulta popular.
En marzo se celebra el referéndum y el NO al pago de la deuda arrasa
con un 93% de los votos. La revolución islandesa consigue una nueva
victoria de forma pacífica.
El FMI congela las ayudas económicas a Islandia a la espera de que se
resuelva la devolución de su deuda.
A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para dirimir
jurídicamente las responsabilidades de la crisis. Comienzan las
detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta
una orden internacional de arresto contra el ex-Presidente del
Kaupthing, Sigurdur Einarsson.
En este contexto de crisis, se elige una asamblea constituyente el
pasado mes de noviembre para redactar una nueva constitución que
recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la
actual, una copia de la constitución danesa. Para ello, se recurre
directamente al pueblo soberano. Se eligen 25 ciudadanos sin filiación
política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo
cual sólo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30
personas. La asamblea constitucional comenzará su trabajo en febrero
de 2011 y presentará un proyecto de carta magna a partir de las
recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán
por todo el país. Deberá ser aprobada por el actual Parlamento y por
el que se constituya tras las próximas elecciones legislativas.
Y para terminar, otra medida “revolucionaria” del parlamento islandés:
la Iniciativa Islandesa Moderna para Medios de Comunicación (Icelandic
Modern Media Initiative), un proyecto de ley que pretende crear un
marco jurídico destinado a la protección de la libertad de información
y de expresión. Se pretende hacer del país un refugio seguro para el
periodismo de investigación y la libertad de información donde se
protegan fuentes, periodistas y proveedores de Internet que alojen
información periodística; el infierno para EEUU y el paraíso para
Wikileaks.
Pues esta es la breve historia de la Revolución Islandesa: dimisión de
todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum
para que el pueblo decida sobre las decisiones económicas
trascendentales, encarcelación de responsables de la crisis,
reescritura de la constitución por los ciudadanos y un proyecto de
blindaje de la libertad de información y de expresión. ¿Se nos ha
hablado de esto en los medios de comunicación europeos? ¿Se ha
comentado en las repugnantes tertulias radiofónicas de politicastros
de medio pelo y mercenarios de la desinformación? ¿Se han visto
imágenes de los hechos por la TV? Claro que no. Debe ser que a los
Estados Unidos de Europa no les parece suficientemente importante que
un pueblo coja las riendas de su soberanía y plante cara al rodillo
neoliberal. O quizás teman que se les caiga la cara de vergüenza al
quedar una vez más en evidencia que han convertido la democracia en un
sistema plutocrático donde nada ha cambiado con la crisis, excepto el
inicio de un proceso de socialización de las pérdidas con recortes
sociales y precarización de las condiciones laborales. Es muy probable
también que piensen que todavía quede vida inteligente entre sus
unidades de consumo, que tanto gustan en llamar ciudadanos, y teman un
efecto contagio. Aunque lo más seguro es que esta calculada
minusvaloración informativa, cuando no silencio clamoroso, se deba a
todas estas causas juntas.
Algunos dirán que Islandia es una pequeña isla de tan sólo 300.000
habitantes, con un entramado político, económico y administrativo
mucho menos complejo que el de un gran país europeo, en el que es más
fácil organizarse y llevar a cabo este tipo de cambios. Sin embargo es
un país que, aunque tienen gran independencia energética gracias a sus
centrales geotérmicas, cuenta con muy pocos recursos naturales y tiene
una economía vulnerable cuyas exportaciones dependen en un 40% de la
pesca. También los hay que dirán que han vivido por encima de sus
posibilidades endeudándose y especulando en el casino financiero como
el que más, y es cierto. Igual que lo han hecho el resto de los países
guiados por un sistema financiero liberalizado hasta el infinito por
los mismos gobiernos irresponsables y suicidas que ahora se echan las
manos a la cabeza . Yo simplemente pienso que el pueblo islandés es un
pueblo culto, solidario, optimista y valiente, que ha sabido
rectificar echándole dos cojones, plantándole cara al sistema y dando
una lección de democracia al resto del mundo.
El país ya iniciado negociaciones para entrar en la Unión Europea.
Espero, por su bien y tal y como están poniéndose las cosas en el
continente con la plaga de farsantes que nos gobiernan, que el pueblo
islandés complete su revolución rechazando la adhesión. Y ojalá
ocurriera lo contrario, que fuera Europa la que entrase en Islandia,
porque esa sí sería la verdadera Europa de los pueblos.

Ahora, después de leerlo al menos otras dos veces, se estudia, se medita, y mañana, cuando lo tengamos digerido, pensamos si es o no interesante pasar a algún tipo de acción.

Luis Jonás VEGAS VELASCO.
FEBRERO DE 2011.

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