miércoles, 27 de junio de 2012

DE LAS DIFERENCIAS ENTRE CRÉDITO Y CREDIBILIDAD.


Corren, sin duda, malos tiempos. La sensación de que algo gordo se trama, circula ya por las calles. El miedo, adoptando su primera forma, la de la duda y la desconfianza, comienza a hacer presa entre el Común. Y ese es, sin duda, el instante en el que la clase dirigente, debería empezar a preocuparse. El siguiente paso es claro, recuperar el poder, una vez que la convicción de que esa clase dirigente no hace lo que debe, no lo olvidemos, aquello para lo cual fue elegida, hace mella definitiva entre el Pueblo.
Y de ahí, al escarmiento, hay un paso.

El presente es estremecedor. Así dicho, puede resultar obvio. Si además dedicamos unos instantes a comprobar cómo suena en presente, esto es, arrebatándole cualquier posible potencialidad, refiriendo de manera clara y descarnada su absoluta condición de realidad por todos compartida, termina por dibujar un especio realmente desalentador.
Un espacio en el que, por otro lado, se nos obliga de manera inequívoca y descarnada, a interpretar no ya nuestro ahora, sino que ya a todas luces, constituye la realidad con la que habremos de convivir durante muchos años.

Las frías cifras, en su absoluto descaro, ponen sobre la mesa no ya un escenario, sino una completa realidad, que no deja lugar ni a dudas, ni a interpretaciones, sean éstas interesadas, manipuladas o, simplemente, socarronas. Porque a la sensación generalizada de que la fiesta se acabó, se unen ahora las certezas que, poco a poco, van emergiendo. Como en todas las fiestas, alguien tendrá que venir mañana, a limpiar los detritos.

Y el mañana es, a estas alturas, el hoy más descorazonador. Al proceso de inventario es lento. Nadie quiere hacerse cargo. Nos falta experiencia en semejantes lides. “He visto a campesinos defender a su caballo hasta la muerte. He visto a caballeros llorar como niños ante el primer síntoma de batalla.” Esa frase, que figura en las memorias de Juan de AUSTRIA, bien puede constatarse hoy.

A diferencia de los tiempos de Flandes, en los que  las batallas se planteaban por ambas partes. El terreno de batalla era conocido, casi consensuado, por los contendientes. Y. por encima de todo, existía la plena convicción de que ciertas normas serían siempre respetadas.
Hoy, las batallas no se luchan, se padecen. El terreno es abstracto, etéreo, virtual vamos. Y lo que es peor, al mayor enemigo no lo conocen ninguno de los dos contendientes. Por ello las batallas son sordas, mortales, carentes de arraigo, y vacías de honor. Ni D. Quijote, ni el propio Juan de AUSTRIA, tendrían nada que ganar en esta nueva realidad.

Y en medio de tanta miseria moral, de tanto vacío conceptual, una vez asumido no ya el drama de que los héroes se hayan ido, sino convencidos de la desazó propia de saber que ya nunca volverán, hemos de asistir prestos al duelo que se prepara.
Nadie vela armas, ¿Para qué, si no hay honor? El lugar que antaño ocupase Excalibur, aparece hoy sembrado participaciones preferentes. El torreón desde el  que Juana de Castilla decidió con su inmovilismo la Historia de España, forma hoy parte del catálogo inmobiliario de Banco de Santander.

En una palabra, el presente vuelve actual a UNAMUNO, cuando certificó la máxima de que “…llegará un día en el que no te reconocerás en el espejo.”

La actualidad manda. El empate de “La Roja”, prolonga durante unos minutos más la agonía de vacío conceptual que persigue ya a este país. Agonía que alcanza su máximo desarrollo en la certeza de la falta de certezas que personifica a su Presidente del Gobierno. Nunca nadie dio tanta credibilidad a la máxima según la cual, lo difícil está en la comisión del primer Pecado. Los demás, por muchos que sean, ya no hacen sino justificarlo.

Y como patética repercusión, el clamor de la penitencia en la que a estas alturas se convierte el análisis de las cifras:
En números redondos, hemos igualado, sin haber cerrado el primer semestre del año, la cifra que constituía el total de la estimación de déficit presupuestario para todo el año. Sin ser alarmistas, bien podríamos elevar las previsiones de éste para final del ciclo hasta el 8,3%. El anterior Gobierno lo dejó en el 7,7%, y a estas alturas todavía hay un Gobierno que sigue viviendo de las rentas de aquél discurso.
En parecidos términos, el comportamiento del diferencial respecto del bono alemán a diez años (esa prima tan odiosa), coloca los tipos de interés de los mercados secundarios en unas prerrogativas que han llevado, incluso a D. Mariano, a reconocer como cercano el momento en el que España no podrá acudir a financiarse en los mercados exteriores. ¿Somos conscientes de lo que eso significa, o por el contrario hace falta deletrearlo?  Pero tranquilos, que no seré yo quien se lo deletree. La reunión del Euro-Grupo, que acaba de finalizar, ha dejado ya por fin claro un hecho, La absoluta certeza de que de la Línea de Crédito de 100.000 millones de Euros destinada a salvar nuestro “Tejido Financiero”, viene hasta nosotros respaldada, como no podía ser de otra manera, por el aval que suponemos todos y cada uno de los ·”españolitos”. Conclusión, los más de diez días que se han traído discutiendo si la deuda repercutiría sobre el déficit, o sobre la deuda, no era más que otro espejismo.

Y mientras, los men in Black ya están en Madrid. ¿Para qué? Como es obvio, no para cumplir las aparentes muestras de deslealtad dadas por el Comisario de Asuntos Económicos Sr. ALMUNIA, como ha dicho abiertamente la Sra. De COSPEDAL.  Más bien, y como parece evidente para cualquier observador objetivo, para llamarnos al orden, o lo que es lo mismo, para desarrollar la batería de medidas de carácter estructural que sin duda pasarán a formar parte de nuestra, a partir de ahora, dura realidad.
Una vez más, la sensación de que el clamor en pos de promover la muerte del mensajero no hace sino preconizar la absoluta incapacidad de aquél que dirige.

Porque a los consabidos medicamentazos, céntimos verdes o sanitarios, así como al resto de memeces que el actual Gobierno pueda plantear, tan sólo una cosa parece ya obvia. Que nada volverá a ser como fue.

En poco más de seis meses, un Gobierno plañidero y desnortado, ha logrado colapsar el país. Algunos de los que parecían condenados a ser eternos candidatos, que no dudaban en azuzar el Congreso al grito de “..dejadlos caer, a ver si entramos nosotros y la levantamos”  son hoy Ministros de Hacienda que han de tragarse el sapo de reconocer el público que “España tiene, hoy por hoy, tremendamente complicado recurrir a la financiación exterior”.
Ese mismo Gobierno que lleva a De GUINDOS a rendir el Reino. Tiene que ir, primero a Bruselas, y luego a Luxemburgo, a llorar un rescate que por soez lo es incluso en el nombre. Una vez más, el país adolece de la falta de gallardía imprescindible para llamar a las cosas por su nombre.

Y España va a la tanda de lanzamientos desde los once metros.

Y España le concede otra moratoria al Sr. RAJOY. Al menos hasta el próximo lunes este país no tendrá consciencia de su situación real.

Y en medio de todo, la respuesta a la cuestión con la que abríamos hoy esta sección de opinión, emerge con todo su poder:

La diferencia entre el Crédito y la Credibilidad estriba en que el primero, como moneda de cambio que es, cuando se pierde, es propenso de ser recuperado. Por el contrario, la Credibilidad, como fenómeno moral, una vez perdida, jamás retorna.

Dicho lo cual, Sr. PRESIDENTE, Si el Crédito nos ha abandonado como País, y la Credibilidad jamás le acompañó en tanto que su figura de liliputiense político le acompañará ya a todas partes. ¿A qué espera para marcharse?

Sin duda, España y Europa aplaudirán su marcha.

Luis Jonás VEGAS VELASCO.

miércoles, 20 de junio de 2012

DE LA ALTANERÍA A LA CHULERÍA, PASANDO POR SU JUSTO TÉRMINO MEDIO, LA ARROGANCIA.


Porque sí, desgraciadamente, tal es el nivel de desasosiego moral en el que nos hallamos inmersos que, en el caso de que ésta se hubiese dado con un mínimo de elegancia, incluso la altanería hubiese sido aceptada como una opción viable, de cara a determinar el tono que embarga las explicaciones del Gobierno. Imaginen en consecuencia el nivelazo genérico que engloba las actuaciones en general. Verdaderamente algo más que lamentable.

Y si de lamentable podemos calificar la conducta general que predomina no ya en el Gobierno, sino en aquello que podríamos considerar acción y efecto de gobernar, de intolerable hemos de empezar a catalogar el hecho manifiesto según el cual, hasta hace algunas fechas podía cabernos la duda de que pensaran que la acción de votar, nos volvía a todos estúpidos. Hoy, el Sr MONTORO, y Cia nos han desvelado que, en realidad, están convencidos de tal hecho.
Sólo así se explica la actitud general que a estas alturas parece presidir la forma de pensar y comportarse de unos y otros. Presidentes del Gobierno que huyen por puertas traseras, cuando no dejan directamente a periodistas con la palabra en la boca. Ministros de Economía que denuncian con su mirada la sensación de que todos deberíamos arder en la hoguera (¿de las vanidades?) por no entender Principios, según ellos inamovibles, si bien a la semana siguiente tanto una cosa como la otra han sido ya víctimas de la lapidaria rueda de la actualidad. O, como en el caso de hoy mismo, Ministros de Hacienda que llaman idiotas a todos los miembros de la oposición, a la par que catalogan de cretinos a todos los que damos algún viso de credibilidad a portadas de medios de comunicación extranjeros, los cuales, como el Telegraph dan por segura ya hoy la intervención masiva en Italia y España. Pero claro, no podemos olvidar que es la misma situación que hace algunos (pocos) días, llevó a la Sra. Vicepresidenta del Gobierno, a negar que España hubiera de acudir a los fondos de ayuda, para sufragar el restablecimiento de la (¿normalidad?) en las cuentas de las Finanzas Españolas.

Todo esto ha de ser sometido a los cánones del contexto que aporta situación y coherencia a los hechos. Un contexto que bien podría ser el que la rueda de prensa del propio RAJOY, dada a las 02-00 horas de la madrugada en España, podría resumirse en el brillante hecho según el cual, nuestro ingente y nunca suficientemente loado Presidente, ha acusado indirectamente a MERKEL de mentir (¿Cual bellaca?), en el contexto de su aparición. Todo ello en México, dentro de la Jornada de Clausura de la Reunión del G 20, circunstancia que, como sabemos todos, monopoliza todo.

Pero lamentablemente, para el caso español, el parapeto que tal hecho puede proporcionarnos, deja de tener vigencia este mismo miércoles, momento en el que RAJOY habrá de someterse, en todos los sentidos, a cuantas cuestiones quieran plantearle nuestros socios en la desgracia, en esa “minicumbre” que se desarrollará el viernes, en Roma. MERKEL, HOLLANDE, MONTI… se arrojarán sin duda sobre un RAJOY que habrá, nuevamente de revestirse con una buena coraza, tal vez la del cinismo que tan buenos resultados le ha dado hasta el momento, para tratar de repeler los disparos que sin duda le lloverán. Disparos que unas veces procederán directamente de los intervinientes, y otras veces serán la interpretación libre del discurso beligerante que contra nosotros están pronunciando terceros países, como Finlandia, Suecia, y sobre todo la propia Holanda, los cuales están deseosos de explicarle a D. Mariano la diferencia entre Arrogancia, y chulería.

LA ARROGANCIA, ES LA CAPACIDAD DE “ARROGARSE” ALGO, ESTO ES, ATRIBUIRSE DE MANERA OBJETIVA LA CAPACIDAD FRANCA DE HACER O VER COSAS CON MÁS APTITUD QUE LOS DEMÁS. LA CHULERÍA NO ES SINO LA VERSIÓN GROSERA DE SEMEJANTE ACTO.

Sin embargo, una vez superados los discursos léxicos, la verdad brilla en el momento en el que la misma dice que se siente mucho más cómoda en el rincón de las certezas, de las aptitudes. En ese momento, la chulería pierde el halo de belleza que alguna vez tuvo, y deja en la soledad a aquél que, demasiado tarde, algún día habrá de comprender qué, efectivamente, no sólo es Presidente del Gobierno, sino que las circunstancias nos llevan a exigirle que comprenda que  ya es hora de empezar  a comportarse como tal.
Entonces nos enfrentaremos a la paradoja de ver a todo un Presidente del Gobierno, condenado literalmente al ostracismo.

La Soledad, un término de por sí absolutamente contradictorio para con las norma de juego que en la actualidad tenemos planteado. El ostracismo sólo se argumenta desde la falta de confianza, y tal hecho es el que nos permite descender de manera definitiva del mundo de la abstracción, en el que aparentemente nos movemos, al mundo de lo conciso. Una concisión que por otro lado se materializa en cosas como la prima de riesgo, o los intereses de capitalización, o más concretamente, en la lectura de las consecuencias que la distinta ubicación de éstos últimos pueden tener de cara a condicionar aspectos tales como que los 100.000 millones de Euros que aparentemente están destinados a salvarnos, no acaben convirtiéndose finalmente en la pesada losa que algunos llevamos tiempo denunciando. Una losa cuyo peso nos arrastre demasiado abajo, durante demasiado tiempo, en este descenso que es la metáfora perfecta del momento en el cual nos hallamos inmersos.
Pero para concreción, la aportada por las frías cifras. Los miles de millones de Euros que España está finalmente condenada a recibir, traen aparejado la ruina conceptual del país, en la medida en que nos arrojan a un pozo sin fondo en lo que conlleva el tiempo que necesitaremos para volver no ya a la posición original, del todo inalcanzable, sino a una posición digna. Aún si esto no fuese suficiente, los interese, o más concretamente la duda técnica que genera el no saber a ciencia cierta dónde diantres, en qué partida presupuestaria, habremos de colocarlos; hace degenerar aún más la situación en la medida en que la acción de apuntar éstos, hará del todo imposible alcanzar el techo de déficit que, supuestamente, motivaba toda la situación que hasta aquí nos ha traído.

Y para colmo de todo, la mentira. Una mentira que, en el caso de Mariano RAJOY, alcanza un tono estrepitoso, desde el momento en el que, aderezada con la chulería que suscita todo esto, se convierte en el único modo de disfrazar la absoluta inacción que preside todo su Ejercicio de Gobierno. Un ejercicio basado en ocultar un hecho taxativo, la absoluta carencia de un Programa de Gobierno desde el que articular, para bien o para mal, la acción propia de gobernar. De esta manera, gobernar se convierte en interpretar un papel, un papel que nos sitúa bastante cerca de la Tragedia Griega que encumbró a algunos, como el mismísimo Stylo. Una tragedia que en el caso de otros, y para desgracia de la mayoría, desencadenará, ya no cabe duda una serie de acontecimientos traumáticos los cuales además se extenderán durante un plazo nunca inferior a las dos generaciones.

Y como pruebe evidente de la incapacidad para comprender la magnitud de la obra a la que se enfrentaba, la acción, o más concretamente la falta de la misma, de no nombrar un Vicepresidente de Asuntos Económicos. Desde el prisma de la certeza de que la Economía era a todas luces, en el momento de su nombramiento, el asunto por excelencia, ¿cómo explicar que no sólo no pusiera por delante de sí un baluarte, alguien que directamente absorbiera la primera andanada de los que sin duda serían mortales ataques? Sencillamente porque nunca valoró suficientemente el calado de la que se le venía encima.

Y como conclusión de la Tragedia Griega, la pérdida de rumbo, el desnorte. No se trata ya de que el pueblo, en su estulticia e ignorancia, no comprenda nada. Tampoco sería importante que los que somos abiertamente malos, apátridas o traidores, sigamos viendo fantasmas tras las acciones de un supuesto Gobierno, aún en el caso de que alguien fuera sinceramente capaz de ver algo serio detrás de las acciones. El verdadero drama se desencadena cuando ya ni tan siquiera en el seno de sus más próximos se atisba la menor manera de vislumbrar una salida mínimamente decente.

Por ello, en un repunte de responsabilidad (es la primera vez que uso hoy el término), los que canalizan a la verdadera Derecha, ya tienen preparado a estas horas el relevo del Presidente. Y digo del Presidente porque no va a tratarse de una mera sustitución. Se trata de la absoluta superación de una manera de ver la Política, aquélla según la cual nosotros votábamos, y aún a riesgo de equivocarnos, gobernaba la persona designada. Por el contrario, el elegido constituye la certeza de que el antiguo Sistema ha sido superado. Inaugurará por el contrario la era de la Tecnocracia en España, y nos pondrá a todos, literalmente al orden.

Una vez más, no es que la Historia se repita, es que se reproduce a sí misma con ligeros matices. Así, como en el caso de la Caída del Imperio Romano,”… el enemigo viene del Norte, vestido con pieles que le hacen aparentemente irreconocible…” Sin embargo, a diferencia de ésta, cuando se despoje de sus pieles, de su indumentaria para ser más certero, nos llevaremos la sorpresa de que no sólo no es bárbaro, sino que habla castellano muy claro.

Julio Verne dio la vuelta al mundo en ochenta días, a nosotros puede que nos sobre con ochenta horas para ser virtualmente revolucionados.

Luis Jonás VEGAS VELASCO.

martes, 19 de junio de 2012

DE CUANDO LA CERTEZA SUPERA A LA CONMISERACIÓN. EL FRACASO PERSONAL DE UN PRESIDENTE.


Y puede que lo único que le quede a la sentencia para ser firme, pase precisamente por su necesario e implícito reconocimiento. Porque sí, ciertamente, dadas las actuales circunstancias, y el nivel de impacto de todas y cada una de las circunstancias acaecidas en los últimos, ¡apenas seis meses! Resulta difícil de creer que, efectivamente (porque aunque parezca de nuevo increíble, se hace imprescindible reconocer la eficacia de las fuerzas desencadenadas al respecto), nuestros actuales dirigentes han logrado demoler el Estado, así como todas y cada una de las estructuras en base a las cuales reconocíamos el a estas alturas ya muerto y enterrado Estado del Bienestar.

Porque si a estas alturas una y sólo una cosa parece clara, más bien transparente y cristalina, es que todo se ha terminado. El Sistema, entendiendo como tal por supuesto no sólo la cadena de elementos que vienen a componerlo, sino esencialmente los vínculos y relaciones que lo sustentaban, ha quedado eliminado. Y lo que es peor, a los que han puesto todo su empeño en llevar a cabo semejante acción, no les ha bastado con la destrucción en sí misma; se han esmerado en hacer desaparecer los restos, desarrollando el sádico arte de asegurarse que la potencial labor que un futuro, lejano, que a nadie le quepa duda, se vea salpicadas por la mayor de las dificultades.

No voy a perder el tiempo, ni por supuesto voy a osar hacérselo perder a cualquiera de los que tenga a bien dedicar unos minutos a la lectura del presente; recalando nuevamente en el puerto de las penas, dedicando un solo segundo a la que sería enésima enumeración de las barrabasadas ejecutadas por D. Mariano RAJOY, pero desarrolladas por algunas de las mentes más sibilinas de este país. Simplemente, me limitaré a un ejercicio de contracción de la realidad, señalando una vez más que este país no puede soportar un Gobierno de La Derecha.
Matizaré mis palabras, no con ánimo de exculparas, sino con el ánimo de precisarlas; al hacer especial mención al hecho de que poner al frente del país a la Derecha Cavernaria, precisamente en el momento en el que hemos de tomar medidas de calado histórico, cuyas repercusiones sin duda se prolongarán en el tiempo, constituye un verdadero acto de irresponsabilidad de la que, una vez más, habremos de hacer responsable directo al votante español.

Puestos a buscar responsabilidades, resulta evidente que éstas se encontrarán, como ocurre con la mayoría de las cosas en los últimos cinco años, inmersas en medio del maremágnum, en el que se ha convertido la tan traída y llevada, aunque para algunos siempre socorrida Crisis.
Así, es cierto que la Crisis ha tenido mucho, si no todo que ver, con el resultado de la mayoría de, digamos presidenciales, que se han desarrollado en toda Europa a lo largo de los ya más de cinco años que llevamos inmersos en el que denominaremos ya periodo histórico.
Puestos a buscar un denominador común que permita encontrar una pauta común que explique el resultado de las mismas a lo largo y ancho de Europa, éste lo encontramos en el hecho manifiesto de que la gente ha castigado a sus gobernantes. No se han aceptado excusas. El borde de las papeletas que formalizan la acción del sufragio se ha comportado como auténticos bisturís, con los cuales la población ha ido extirpando los que ha considerado los tumores causantes de sus respectivas enfermedades.

Islandia, Grecia, Polonia, Ucrania…constituyen ejemplos manifiestos de este tipo de comportamientos. Sin embargo, el más importante, a la par que llamativo, lo conforma Francia. No se trata ya de que Hollande se haya situado al frente de El Eliseo, se trata más bien de que por primera vez en treinta años, La Izquierda Francesa se ha hecho con todo el poder, ratificado por los resultados de las elecciones a Cámara Legislativa cuya segunda vuelta se ha desarrollado el pasado domingo, y que han arrojado una más que contundente mayoría absoluta para el Partido Socialista Francés.

Pero llegados hasta aquí, repasemos las circunstancias, de nuevo paradójicas, que han encumbrado al Partido Popular a La Moncloa, como no podía ser de otra manera, con mayoría absoluta; y recalco semejante hecho porque estoy manifiestamente convencido de que la única manera de que la Derecha vuelva a apoderarse de los escaños del Congreso, es mediante la obtención de esos resultados, humildemente veo complicado la concesión de tratos conciliadores.
Mas no cedamos a la tentación de perder el rumbo. El triunfo del Partido Popular, o más concretamente la derrota del Partido Socialista, ha de ser interpretada, en términos de malestar con aquél que ejerce la función de gobierno en un momento de Crisis Estructural. El hecho de que en España la víctima coyuntural sea la Izquierda, hay que buscarla de nuevo en los desajustes internos específicos de España la cual, como siempre, dada la acción de la inercia conceptual que nos embarga, tenía al frente del Gobierno a un Partido de Izquierdas, mientras que toda Europa bailaba en ese momento al son que tocaba la Social Democracia. Espero que aún permanezca en la mente el binomio Merkozy.

Así, y sólo así se explica, si bien no se justifica del todo, la irrupción al frente del Gobierno de España, del pequeño registrador de la propiedad.
Porque señores miembros de la Ejecutiva del Partido Popular, bien está que ustedes consideren que un eterno aspirante a Político pueda y deba liderar sus filas. Pero de ahí, a llevarlo a la Presidencia del Gobierno, el camino se llama irresponsabilidad.

Una irresponsabilidad que se traduce en el hecho de que en las reuniones internacionales, se le conozca como el pequeño abogado de provincias. Una irresponsabilidad que se traduce en el hecho de que a nivel internacional resulte difícil tomarle en serio, obligando al resto de líderes internacionales a cuidarse de su presencia.

Y en este contexto hemos de ubicar el hecho de que en la escalerilla del avión que le llevaba a México, directamente a pie de pista, le estuvieran esperando varios dignatarios para pedirle abiertamente explicaciones no ya sólo por el contenido de sus engorrosas Ruedas de Prensa, sino incluso, y esto es sin duda más lacerante, por el tono de arrogancia con el que las mismas son pronunciadas.
Me comenta un amigo bien colocado en la Agencia de Noticias Reutters, ya sabéis, aquélla que le anticipó a la mismísima y plenipotenciaria Sra. Vicepresidenta Primera, Sáenz de Santamaría la existencia de la reunión al más alto nivel que desencadenaría el Primer Rescate de España dos días antes de que la misma se produjera, y cuando la excelsa señora seguía negando el hecho; que varios líderes europeos le han indicado a D. Mariano eso que muchos españoles pensamos, según lo cual lo mejor que puede hacer por España, es marcharse.

Sí señores, muchos dirigentes internacionales han decidido que el abogado de provincias es incapaz de entender el momento histórico que vive España. Consideran su presencia como una afrenta directa a la inteligencia humana, y consideran un obstáculo manifiesto su presencia en ciertos foros, en los que no puedes negarte a contestar, o incluso no puedes cambiar el turno de preguntas de los participantes en una rueda de prensa.

Y como pista definitiva, los movimientos que se están produciendo dentro de la propia UE. Desencadenados ya todos los vientos y mareas que preceden a la que sin duda será intervención definitiva del “Reino de España”, pocos, por no decir ninguno, son los dirigentes europeos que consideran viable exponer sus fondos al riesgo que supone rescatar un país que tiene a paisanos como este, al frente.
La circunstancia a título exterior es clara, y no lo es menos a título interior. Por ello, podemos afirmar que ya tienen preparado heredero.

Llegados a estas alturas, ni los integrantes de la ejecutiva desarrapada pueden permitirse el lujo de arriesgar los capitales de un ya más que seguro segundo plan de rescate. Para ello, si hay que remover al Presidente, se le remueve, y si con ello hay que abrazar la Tecnocracia, pues que así sea.
Cierto es que hoy, acabo el presente firmándolo tan sólo como un artículo de opinión. Pero no es menos cierto que mañana serán datos, los que sustenten las mencionadas opiniones.

Mientras tanto, dormid (todavía), tranquilos.

Luis Jonás VEGAS VELASCO.



lunes, 18 de junio de 2012

EL RINCÓN DE JOKIM. HOY:


EL TRIUNFO DE LA ESTULTICIA

Negar la evidencia, vender el fracaso como éxito, colocarse medallas en medio de la derrota, mostrarse altanero y camuflar los errores con fatuo triunfalismo, no solo es la definición de lo patético, sino que en boca de un presidente del Gobierno que comparece ante los ciudadanos para dar explicaciones sobre una situación calificada de crítica por el propio ejecutivo, es mucho más que una representación del patetismo, es una tomadura de pelo, es considerar a los ciudadanos como estúpidos ignorantes carentes de cualquier capacidad de análisis y torpes hasta para sumar dos y dos.
La actitud de Mariano Rajoy de ufanarse públicamente de que ha sido él quien ha presionado a Europa, y no al revés, no es solo un ejercicio de altanería ridícula para un mandatario que representa a un país que quiere influir en la política europea, sino que contribuye a incrementar el malestar de varios dirigentes europeos con Rajoy y, por extensión, con España. Malestar del que son fiel reflejo los titulares de la prensa internacional que desde el lunes y al unísono ponen a parir al presidente español con calificativos de todo tipo. Medios que, a este respecto, solo se hacen eco del cabreo que dirigentes como Merkel o los presidentes del Gobierno de Holanda o Finlandia o el comisario de la Unión, Olli Rehn o el presidente del BCE, Mario Dragui y otros varios, tienen con Rajoy, quién ha ido perdiendo crédito político de manera acelerada con decisiones políticas como retrasar la presentación de los presupuestos por las elecciones andaluzas, por cambiar por su cuenta y riesgo el monto final del déficit público para este año después de haberlo pactado con Bruselas y, últimamente, por los bandazos de su Gobierno para solventar la crisis de la banca española, y su empecinamiento –hasta hace una semana- al reiterar por activa y por pasiva que España no iba a necesitar ningún rescate para la banca nacional.
Un crédito que parece ya agotado después de la rueda de prensa del domingo, no solo por el absurdo tono triunfalista, sino porque Rajoy mintió descaradamente cuando afirmó que el crédito que recibiremos de Europa viene sin condiciones, cuando dijo que no computará como déficit público (los intereses del crédito supondrán inapelablemente más déficit público) o cuando señaló tajante que el Gobierno español no había recibido presiones. Tres falsedades que indignaron a varios de esos mismos dirigentes europeos que en las primeras horas de la tarde del domingo se movilizaron para intentar ponerse en contacto telefónico con Rajoy sin conseguirlo, dado que estaba viajando a Polonia (en compañía de su hijo), para ver el partido de España-Italia. Un fuerte malestar del que Mariano fue informado por el Primer Ministro polaco en el descanso del partido, sin que ello hiciera mella en Rajoy.
El resultado de este comportamiento desnortado de Rajoy ha comenzado a pasar factura a España desde el mismo lunes día 11 con contundentes desmentidos a lo dicho por el presidente en la rueda de prensa. Así, por ejemplo, ahora sabemos que sí hay condiciones severas por la concesión de la línea de crédito. Entre otras, la más dura, que serán las autoridades europeas las que supervisarán a partir de ahora "la totalidad" el sector bancario español (a los bancos buenos y a los malos), lo cual deja el papel del Banco de España, en mero comparsa del proceso. Ahora sabemos también, que sí hubo presiones fuertes sobre España que desde hace tres semanas venía negociando –sin reconocerlo públicamente- que el rescate a nuestro país se limitara a la banca. Ahora sabemos que fue la videoconferencia del G8 (donde la situación española fue la protagonista) y la del "Eurogupo" del viernes, las que terminaron por doblegar la tozudez empecinada de Rajoy en negar la evidencia. Una actitud que llevó a la cancillería alemana a forzar la mano de don Mariano, filtrando el jueves a la agencia Reuters la noticia de que España pediría el fin de semana el rescate bancario: como finalmente ha sucedido.
Y si estos son los problemas que ha generado la actitud de Rajoy a España en Europa, no son mejores –sino peores- los que está generando en sus propias filas, incluido el Gobierno, y por extensión en la sociedad española. En la madrugada del domingo las luces del Palacio de la Moncloa estuvieron encendidas hasta bien entrada la madrugada, momento en el que Rajoy dio su brazo a torcer y aceptó la petición que le hacían destacados miembros de su gabinete, para que compareciera en rueda de prensa (el domingo), después del aluvión de críticas recibidas por no haber salido a dar la cara y dejar que el ministro De Guindos fuera quien anunciara a los españoles la petición del rescate de la banca española; todo ello después de haber dicho a la prensa que para saber lo que estaba pasando con este tema, se lo preguntaran directamente a él. Como si fuera tan fácil encontrar a un hombre cada vez más escurridizo.
Rueda de prensa que vistos los resultados, no solo ha sido un fracaso de claros efectos negativos en el plano internacional, sino también para la cohesión del propio Gobierno. Que se lo pregunten a Luis De Guindos quien está más que molesto con Rajoy, al verse desmentido en varias ocasiones por el presidente y, más específicamente, en esa rueda de prensa donde Mariano desmintió lo dicho por De Guindos el viernes en otra comparecencia, al afirmar que los efectos del crédito que llegará de Europa no tendría impacto sobre el déficit público.
Palabras de Rajoy que dejan a los pies de los caballos al ministro y a su equipo económico, que no entienden por qué teniendo un informe claro y preciso sobre lo que había que decir en la rueda de prensa para no meter la pata, Rajoy va, se lo salta a la torera, y la mete hasta el corvejón.
Esta actitud prepotente y arrogante como pocas, es la que sitúa al presidente en el centro de la escena, tanto en Europa como en España. Aquí demuestra sus escasos reflejos a la mínima oportunidad. El jueves 14 de junio sin ir más lejos, con la prima de riesgo en 550 puntos y el interés del bono español en el 7%, dio la callada por respuesta, al evitar, hasta en tres ocasiones, a los periodistas que reclamaban un mensaje de tranquilidad. Sin embargo, lanzó a sus lacayos para que pidieran, sin ambages, la dimisión de Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia, por entender que había sido desleal con el Gobierno de España. Ahora resulta que decir la verdad es un acto de deslealtad. Porque el “pecado” de Almunia fue desmentir, el pasado lunes, a Rajoy, que había asegurado que el rescate no tendría efectos sobre el déficit. Una cortina de humo más para ganar tiempo y evitar lo que ya empieza a deslizarse por Europa. Su propia dimisión. Las próximas semanas resultaran clave. 

miércoles, 13 de junio de 2012

DE NUEVO, EL RAPTO DE EUROPA.


“Se atrevió también la regia virgen, ignorante de a quién verdaderamente montaba, en la espalda del toro a sentarse. Cuando el dios de la tierra, y del seco litoral, insensible, lo primero pone en las plantas, en el litoral, y por las superficies, en mitad del ponto se lleva su botín.”

Así se expresaba Ovidio, cuando se refería al capítulo mitológico según el cual la joven Europa, es raptada por Zeus quien, adoptando la forma de toro blanco logra despistar a la guardia establecida para su protección, instalada por su padre el Rey de Io; para finalmente acabar cruzando el mar con ella sobre su lomo, hasta Creta. Allí, debajo de un platanero consumará su rapto, y finalmente Europa acabará convirtiéndose en la Primera Reina de Creta.

Una vez más, muchos años después, dejándonos como entonces en la cara el color agridulce de la frustración, y sin poder alegar como en aquellos tiempos la hermosa retórica de la mitología, de nuevo es a partir de Grecia donde se gesta la mayor de las tragedias, en este caso la Gran Tragedia de Europa.

Y de Ovidio, a Homero: “Temo a los griegos incluso cuando traen regalos.” Regalo envenenado, de eso ya no cabe duda, el que el último hasta la fecha de los Papandréu en el poder, le ha hecho a esta Vieja Europa. Una Europa qué, por primera vez probablemente desde el Tratado de Versalles, el de 1918, no había vuelto a sentirse tan debilitada. Y lo malo es que, una vez más, como sucede en la mayoría de ocasiones, el ataque, bien motivado, o fruto en muchos casos de la mera incompetencia conceptual de aquellos que rigen nuestros designios, se produce desde dentro. Citando por proximidad las Teorías de Rousseau, El Hombre ha de buscar en la cesión de sus privilegios y autoridad en manos de un bien común, la consecución de sus pretensiones humanas.

Cuando Aquiles fue llamado por el Rey Agamenón en pos de cumplir con su sagrada misión, esa que para el Rey consistía en ponerse a su servicio, si bien para la Historia quedará reflejada como el primer intento serio de unificar los por entonces diversos pueblos de la tradición griega; éste acudió a su madre. -¿He de ir madre. Sin duda se me reclama para la Guerra? – Tan sólo a ti concierne la respuesta. Quédate, y sin duda vivirás muchos años. Tendrás hijos, y con su muerte morirá tu recuerdo. Si por el contrario decides acudir a la llamada, puede que no regreses, pero de lo que entonces no cabrá duda es que todos conocerán tus hazañas. Tu recuerdo permanecerá para siempre en la memoria. Dentro de miles de años, tu nombre seguirá infundiendo temor en el corazón de tus enemigos.

Salvando las distancias obvias, he ahí la única excusa realmente válida a la que hoy por hoy, podemos acogernos de cara a no maldecir los tiempos en los que vivimos. Venimos de vivir, sin ser conscientes de ello, una etapa maravillosa. El vino rebosaba la capacidad de todas nuestras ánforas. La comida era no la necesaria para satisfacer nuestra hambre, sino que día tras día nos dejaba ahítos. Y no era ya que nuestras demandas fueran del todos cubiertas. Es que, abiertamente, teníamos días en los que ni tan siquiera nos sentíamos con fuerza para seguir deseando.

Y entonces, llegó ella. Como suele ocurrir en todos los casos, pocos fueron los que la oyeron aproximarse. Como en el peor de los casos, la sensación de seguridad se había convertido en nuestro peor enemigo. Convencidos de nuestra supremacía, incluso habíamos retirado a los vigías de sus puestos, contraviniendo con ello los principios elementales del comportamiento básico.
Así, hace cinco años, pocos fueron los capaces de atisbar por encima del velo de fragancia que todo lo cubría. Y las palabras de esos pocos fueron rápidamente silenciadas por el clamor de los enviados de Baco los cuales, presos de su conducta, arrojaron los excrementos de su miseria moral sobre aquéllos que todavía tuvieron fuerza, ¿o tal vez se trataba de responsabilidad? De usar el ágora como lugar en el que hacer pública su denuncia.
Hoy, la sangre de todos nosotros no cubre ya sólo el ágora, sino que corre ágil por todas las calles de Europa. Y me atrevo a decir que ni toda ella será suficiente para saciar el hambre de las nuevas arpías que claman hoy, ocultas bajo otros ropajes, pero igual de sedientas, su tributo de almas.

A pesar de todo, es más que posible que sea precisamente semejante emoción, la que convierta en tan deseables por otro lado a la época que nos ha tocado vivir. No se trata, evidentemente, de clamar en pos del nuevo héroe dispuesto a guiarnos en la nueva Odisea. Se trata más bien de canalizar las fuerzas de todos, en pos de crear, o más bien de reconstruir, el espíritu común que hace ya algunas décadas, iluminó el camino hacia la verdadera Idea de Europa.
Europa es mucho más que un proyecto económico. Una vez superado aquél Benelux. Una vez que El Mercado Común es tan sólo una más de las múltiples herramientas de las que ha habido que hacer uso para llegar hasta aquí, lo que está claro es que la Unión Europea, a pesar de nacer en Maastricht, un tratado que a nadie se le escapa bebe en consignas eminentemente económicas; no es menos cierto que categóricamente supuso igualmente la proyección hacia delante del verdadero proyecto europeo, aquél que traerá consigo la Europa de los Pueblos.

Cierto es que hablar de esto puede sonar raro. Y más si cabe hacerlo en los tiempos específicos en los que nos encontramos inmersos. No se trata de hacer resurgir el Tiempo de los Héroes Mitológicos. Se trata más bien, por el contrario, de hacer nuestro, de apropiarnos, en el mejor de los sentidos, del espíritu que impregna el significado de la palabra Crisis, que en griego no significa sino CRECIMIENTO.
Atrevámonos a crecer. Superemos incluso las limitaciones que el propio término tiene impuestas, y crezcamos. Superemos los miedos, desmitifiquemos las creencias, saltemos por encima de los Mitos, y desnudemos las certezas.
Superemos nuestra época. Abandonemos el miedo que nos lleva a asirnos al presente con la fuerza propia del desesperado, y abramos nuestro espíritu a la convicción de que otro proyecto es no sólo posible, sino incluso exigible. Sólo en ese momento, el espíritu de Europa habrá sido rescatado de Creta, para imperar sobre nosotros.


Luis Jonás VEGAS VELASCO


sábado, 9 de junio de 2012

Y LAS DIMISIONES, ¿PARA CUÁNDO?...LA CERTEZA DE QUE NO HAY MÁS CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER.


Hoy es el día de las declaraciones políticas.” Se le ha escapado al Sr. Ministro de Economía. Es a partir de esa certeza, de lo que yo pregunto; ¿Ha llegado ya el momento de las dimisiones?

Hasta aquí hemos llegado. En estos momentos, y revisando los acontecimientos que han transcurrido en las últimas 36 horas, la única certeza que parece clara es que no sólo deberíamos estar asistiendo a los últimos estertores de un Gobierno, sino más bien a una forma de entender la Política, y la Acción de Gobierno.

La puesta en escena que nos ha regalado el Sr. De Guindos, responde, como no podía ser de otra manera, a la que se espera en coherencia con la que se ha conceptualizado a lo largo de los, no lo olvidemos, apenas cinco meses que llevan en el Gobierno. Así, no sólo ha faltado voluntariamente a la verdad, sino que una vez más lo ha hecho con la certeza y la solvencia del que se considera especial, ajeno a lo que le rodea, en definitiva, más allá del bien y del mal.
Como los buenos toreros, a medida que la faena avanzaba, se iba haciendo dueño de los medios, nunca mejor dicho. Su cara iba poco a poco reflejando la certeza de que lo que en principio iba  a ser una faena complicada, no en vano había que hacer creíble lo increíble, se iba logrando.
Hemos empezado por apelar a la cortesía, para no decir la cifra del rescate, sí, rescate. Cuando todos sabemos que no va a bajar de los 113.000 millones de euros. Pero no contento con eso, la minusvaloramos, y finalmente la trasmutamos.

Como parece que tiramos con “pólvora del Rey”, al Sr, de Guindos le da por decir que el FROB es un órgano que, aunque depende del Gobierno, y del que por ende responde España, da la sensación de que no le afectan los condicionantes impositivos que regulan todas y cada una de las acciones económicas propias, incluyendo claro está el pago de las mismas. Con ello, no es que no haya hablado, es que abiertamente ha mentido cuando dice que “las exigencias propias de esta decisión sólo serán repercutidas sobre las entidades que lo necesiten.” ¿Cómo decirlo suavemente…? Sr. Ministro, miente, y lo sabe perfectamente.
Miente porque entre los más de 100.000 millones pedidos hoy, ya una certeza, y los más que previsibles cerca de 350.000 millones que las inspecciones privadas puestas en marcha por el propio Gobierno, desvelarán en torno a las cuentas de las CC.AA, puede que en la tarde de hoy, hayamos asistido a la condena a trabajos forzados de un país que puede necesite más de 36 años para pagar la deuda a la que ustedes hoy nos han condenado, eso sí, sin que la sonrisa desaparezca un solo segundo de sus labios.
Miente porque no se trata sólo ya de que los únicos beneficiados con todo esto sean las entidades bancarias, que lo son, usted no se cree ni de coña que los bancos vayan a hacer fluir el crédito mañana por la mañana.
Y lo más sangrante, miente porque lo único que han logrado con sus dos reformas Express financieras, es engañarnos a todos, logrando convertir en deuda soberana lo que era deuda privada. Esa es la última verdad, la que desmonta toda su farsa de rueda de prensa, de la que lo único que parece desprenderse es que hoy estamos mejor que ayer.

Y en el supuesto de que esto fuera realmente así, ¿Por qué han esperado tanto? Yo se lo diré, porque el miedo es libre. Miedo a que el pueblo español les tenga que demostrar que no somos más tontos de lo que les parecemos. Miedo a que antes de que celebremos los goles de “La Roja” alguien se pare a calcular que cada 10.000 millones nos metemos en el 1% del PIB, precisamente ahora que se pronostica un descenso en el mismo del 1.9% para este mismo año. En términos reales, cada 100.000 millones supondrán del orden de 10 años reales para sufragarlos netamente. Y todavía no hemos calculado los intereses.

Intereses, ¿Electorales?, de verdad, si tuvieran un mínimo de vergüenza, ya no les preocuparía adelantar las elecciones, ni tan siquiera a noviembre. Si fueran dignos, mañana tendríamos algo más que celebrar que los goles de España.
Aunque para goles los que nos han metido ustedes hoy.

Por cierto ¿Dónde queda a ahora aquello de “vótales en contra para que éstos caigan, y así podremos nosotros levantarlo”?

Luis Jonás VEGAS VELASCO.



viernes, 8 de junio de 2012

EL RINCÓN DE JOKIM.¿ESTA ES LA ESPAÑA QUE QUEREMOS?


No hace falta ser un lince para comprobar que este medio año de gobierno del Partido Popular, se ha convertido en una alegoría del disparate. En este tiempo, la derecha ha mostrado como no se debe actuar ante una crisis económica y financiera de esta envergadura. Su incompetencia, inutilidad e ineptitud, a la hora de afrontar este trance, esta llevando al país al borde del abismo.

Mariano Rajoy y sus mariachis, porque no tienen otro nombre esos advenedizos, a cual más soberbio y ramplón, que le acompañan en esta cruzada, se han propuesto empequeñecer la figura del otrora adalid de la derecha más cavernaria, José María Aznar. Mariano Rajoy, de sobra conocido por Europa como un títere, que no sabe muy bien a quien acercarse, para finalmente situarse en tierra de nadie, ha mostrado al mundo la clase de político que es. Un personaje gris al que le queda excesivamente grande el cargo que ostenta. Mariano Rajoy, que no se engañe nadie, no lucha por salvar al país de la quema, es decir, del temido rescate, lucha por no perder su posición de privilegio. Intenta, con una estrategia cuando menos estrambótica, no tener que presentar la dimisión para convertirse en el presidente más efímero de la historia de la democracia española.

Por eso, trata de disfrazar el manido rescate a la banca. Nadie duda ya que habrá que recurrir a ayuda externa, para recapitalizar a los bancos. Para acabar con ese desaguisado originado por la nefasta gestión de esos directivos, que lejos de sentirse culpables, se van para sus casas de rositas y con unos buenos millones de euros en sus cuentas corrientes. Pues bien, Mariano Rajoy pretende que el rescate no sea tal, o que se presente como algo suave, que el Gobierno de España no ha tenido que pedir, sino que se debe a una ayuda desinteresada de sus socios europeos. ¿Cuándo Europa ha prestado dinero sin pedir nada a cambio?

El rescate llegará de forma directa, indirecta, de lado o de canto. Será un rescate con condiciones, no tan duras como las que les ha tocado sufrir a Grecia, Irlanda y Portugal. Pero habrá que ajustarse aún más el cinturón. ¿Cómo? Subida inmediata del IVA, bajada de pensiones y despido de funcionarios. Eso es lo que no quiere contar nuestro insigne presidente. Eso es lo que le pide Alemania. Bueno, más bien, lo que le exige. Porque la banca española necesita una millonada para sanearse. Las cifras se mueven entre los 80.000 millones de euros y los 110.000 millones de euros. Y este dinero no se presta por la cara bonita de nadie.

Por si esto fuera poco, el país no solo asiste a una crisis económica sino también a una crisis del sistema, del modelo democrático que tanto hemos defendido y que han pervertido, hasta decir basta, quienes lo gestionan. Una crisis acompañada de falta de principios éticos y  de una ausencia total de transparencia democrática.



No se salva nadie. Primero la más alta institución del Estado, la Corona, con el Rey a lo John Wayne en Hatarí, de safari, cazando elefantes. En sus discursos navideños no faltan sus alusiones a la responsabilidad, pues menudo ejemplo. El Monarca desaparece cuando pintaban bastos en España, aún pinta este palo, y gracias a que se fractura la cadera el país se entera de sus aventuras por la Sabana. Luego Iñaki Urdangarín y sus andanzas.

Turno para el Gobierno. Su política de falta de transparencia y diálogo parece más propia de una dictadura. Se niega a crear comisiones de investigación en el caso Bankia, se niega a comparecencias públicas de sus gestores y del ya exgobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez. Se niega a entablar negociación alguna sobre las reformas y recortes. Impone, por su mayoría absoluta, al nuevo presidente de RTVE, acabando con una ley que permitía el consenso. Impide el desarrollo normal de las manifestaciones. A la mínima la policía tiene orden de acabar con la concentración a palo limpio. Aplica la política de rodillo y ha convertido la vida parlamentaria en un trámite sin sustancia para los ciudadanos.

El poder judicial. Su máximo representante, Carlos Dívar, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo torea a la sociedad española no admitiendo responsabilidad alguna por sus viajes a Marbella, donde a costa de los contribuyentes, pasó largos fines de semana en hoteles y restaurantes de lujo. Mal parado sale el poder judicial, con Dívar menospreciando a la sociedad y al intelecto, dado que todavía permanece en la retina el vergonzoso y múltiple juicio sumarísimo al que fue sometido Baltasar Garzón.

Así las cosas, los sindicatos están asfixiados por este Gobierno que les retiene subvenciones y programas de formación, hechos que han provocado que UGT Y CCOO hayan tenido que despedir a parte de sus plantillas. El Banco de España es una comparsa dado que es ninguneado y denostado por un ejecutivo que ha dejado en manos de dos consultoras foráneas, la auditoría que muestre el estado de salud real de los bancos españoles.

El Gobierno, con estas acciones, se ha propuesto acabar con el mayor activo de este país: su gente. ¿Esta es la España que queremos? 

miércoles, 6 de junio de 2012

DE LA ABULIA QUE CAUSA EN EL PUEBLO LA CONVICCIÓN DE LA NECEDAD DE SUS GOBERNANTES.


Hoy es el primer día en el que he de referir de forma auténtica mi miedo. Tal manifiesto lo hago, no con la esperanza de buscar consuelo (me revientan las plañideras), y mucho menos con la de buscar partidarios, pues creo que todo aquél que practica el seguidismo no hace sino poner de manifiesto su incapacidad para tener ideas propias (y dios sabe que aborrezco a los incapaces), puesto que creo que nos hacen perder demasiado tiempo.

No, el verdadero motivo de mi recelo, hay que buscarlo en el contexto propio de nuestro aquí, y de nuestro ahora, o más concretamente en el de ésta misma tarde. Asisto a la ponencia que nos regala una vieja amiga, y, entre menciones a Don Quijano, y certeros análisis que nos llevan a comparar con visión magistral los paralelismo que describen la crisis del Siglo XVI, la cual da lugar entre otras cosas a “El Lazarillo de Tormes”, con los tiempos que hoy nos azotan, en los que de nuevo la picardía como atributo español parece nos llevará a dar con la solución; terminan por conformar en mi persona la tétrica convicción de que, en realidad, no habremos aprendido nada, ni tan siquiera cuando declaremos llegado el momento de pensar, o de aceptar que nos den pensada, la convicción de que hayamos salido de la puta crisis.

Porque, de seguir así, me atrevo a pensar que efectivamente, jamás saldremos de la crisis. O al menos jamás lo haremos en el aspecto conceptual que la palabra encierra. Crisis en Griego es “cambio, revolución”, en cualquier caso, habremos de aceptar la dicción como crecimiento. El crecimiento constituye, en términos naturales, renovación, cambio y perfeccionamiento. ¿Acaso existe algo más antagónico a tales preceptos que los que pretenden interiorizar en nosotros los adalides que se han puesto al frente?

Para los que necesiten alguna referencia más gráfica al respecto, me vienen a la cabeza las palabras que la Sra. Portavoz del Grupo Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados, ha puesto en boca del Sr. Cristóbal MONTORO, hoy con responsabilidades en el Gobierno de la Nación. Palabras presuntamente pronunciadas en agosto de 2011, en el transcurso de las negociaciones del sentido de un voto en un momento en el que España hacía frente certero a una amenaza real de intervención:
¿Por qué no votáis en contra? Así caen, junto con España. Luego la levantamos nosotros.

No creo en Dios, pese a lo cual creo poder hablar de las creencias. No conocer el amor no me impide compartir la emoción de su presencia. En la misma línea de razonamiento, no ser jurista no me impide preguntarme cómo es posible qué, a estas alturas, nadie haya pedido responsabilidades a este señor por tamaña canallada. Al contrario, siguiendo la filosofía mal entendida del pícaro que gastamos en España, le nombramos Ministro de Hacienda. Vamos, ponemos a la zorra a vigilar las gallinas.

Y claro, la esparramina no se hace esperar. Y al igual que en Francia tienen a Saint Dennis, Ministro, en este caso de Dios en la Tierra, el cual, después de ser decapitado fue capaz de andar varios kilómetros, eso si con la cabeza resguardada bajo el brazo, hasta Cherburgo, donde una joven piadosa lo enterró, poniendo la primera piedra de la Basílica Gótica por excelencia; con mucha menos pompa, y sin ningún boato, en España, aquí, y ahora, llevamos una semana larga en la que sólo presenciamos carreras de gallinas sin cabeza.

Hace aproximadamente un mes, el excelso Ministro de Hacienda, se desmarcaba con unas declaraciones en base a las cuales “…el tejido productivo español garantizaba la solvencia del país.” Certificada la sandez desde sus propias filas, nos cuentan que acudieron al Anuario 2010 sobre repartos de productividad en España, nos sale de nuevo al paso, en esta ocasión para asegurarnos “…que la posición de España es firme en la medida en que no hay ningún problema a la hora de acudir a los mercados para financiarnos.”  Al día siguiente, los gurús de los mercados interpretan la gallardía, y disparan la Prima de Riesgo hasta los 549 puntos, y ponen el Bono a 10 años al 6.6% de interés.

Es entonces cuando la plenipotenciaria Vicepresidenta del Gobierno toma el relevo, a la par que toma un avión, y corre a Estados Unidos. Nos cuentan que no pegó ojo en todo el viaje, recuperó del cajón de los apuntes de la Carrera el diccionario del Collage, más que nada para “refrescar el Inglés”. Y todo para llevarse la tremenda decepción de que la Sra LAGARDE, Presidenta del FMI, es francesa. A pesar de todo, Sáenz de Santamaría se trajo sus dos minutos de gloria, y la Sra LAGARDE se quedó con sus zapatos limpios como un jaspe. Así podrá competir con los de Ángela MÉRKELL, si es que los de ella conservan el brillo.

Pero MONTORO es un hombre no sabemos si de principios, pero lo que es seguro es de que es capaz de regatear los finales, sólo así se explica su tremenda paciencia, la cual ha tenido su recompensa al ser nombrado…¡Ministro de Hacienda! No obstante estamos seguros de que el tampoco se creía tamaña mala suerte.  Sólo así, desde la inquina, podemos entender que ayer, precisamente cuando su amado líder se da un baño de Masas en el Senado, eso si en sesión exclusiva para los Srs. Senadores el PP; Cristóbal vaya y suelte lo de “…así es cierto que España tiene complicado acudir a los mercados en busca de financiación.” ¡Con un par! ¡Sí señor!

Y mientras, los palmeros, en este caso con SÁENZ DE BURUAGA a la cabeza, corren hoy desaforados en pos de los nuevos brotes verdes, que ahora se llaman “primeros resultados apetecibles de la política de reformas bien encaminada.” ¿Constituyen los penosos resultados de la EPA, parte de esos resultados?

Señores, por qué no cuentan que en la “Reunión Informal del G7” alguien dijo que era incapaz de decidir si en España éramos lo suficientemente tontos como para no darnos cuenta de la situación en la que estábamos, o si por el contrario es que éramos demasiado chulos como para aceptarlo. Qué prefieren ”Demasiada Santidad y poco conocimiento. O el conocimiento suficiente”

La cosa pinta mal. Y no ya porque a estas alturas alguien dude de que estemos intervenidos de manera efectiva. Ahora es el tiempo el que apremia, un tiempo que no tenemos, y que comienza a apremiar al propio Sr. Presidente. Es muy probable que no se tome las uvas.

Luis Jonás VEGAS VELASCO. 

viernes, 1 de junio de 2012

EL RINCÓN DE JOKIM: ¿A QUÉ EQUIVALEN 23.500 MILLONES DE EUROS?



¿A QUE EQUIVALEN 23.500 MILLONES DE EUROS?

A subir un 20% las pensiones
A cubrir el 81,5% de las prestaciones por desempleo
A aumentar el 18,5 veces el programa de becas
A multiplicar por 5 el gasto en seguridad ciudadana
A incrementar un 280% el gasto en educación y sanidad
A subir un 13% el gasto social en España
A multiplicar por 11 la ayuda oficial al desarrollo
A aumentar 4 veces las políticas de fomento al empleo
A incrementar 25 veces la inversión en cultura
A ampliar 167 veces las actuaciones de apoyo a las PYMES
A aumentar un 106% la inversión en infraestructuras
A cubrir 4 años de investigación y desarrollo

GRACIAS A BANKIA AHORA SABEMOS QUE CADA UNA DE ESTAS POLÍTICAS ES POSIBLE.

Este informe ha sido elaborado por United Explanations que ha utilizado datos del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, del Banco de España y del Ministerio de Economía y Competitividad.

Apuntes para la reflexión: El gobierno más opaco de la democracia sigue sin dar su brazo a torcer para que se cree una comisión de investigación sobre Bankia. Sin embargo, acude a su rescate solícito aportando esos 23.500 millones de euros sino son más.

¿Qué tiene que ocultar? ¿Por qué tenemos que pagar los ciudadanos la incompetencia de Rato, Blesa y demás adláteres? ¿Hasta cuándo vamos a soportar estas indecencias y estos escándalos? ¿Qué más tiene que ocurrir en este país para exigir a este gobierno, instalado en el descrédito y en la mentira, explicaciones sobre sus actos? ¿Para quién gobierna el Partido Popular? ¿Será cierto aquello de que la derecha o controla el Estado o lo difama?

Para Bankia hay dinero, para los españoles solo hay recortes, bajadas de salario y miseria. Se ha producido ya la temida fractura social. Quizás ha llegado la hora de exigirle al Gobierno un acto de cordura y que dimita en pleno.