Un día más, comienzo mi “relato” de lo que para mi ha
supuesto la semana, confesándome. Por enésima vez, y sin duda no será la
última, he de reconocerlo explícitamente. Me gusta la Política, y no por
motivos ligados a la voluntad de sacrificio, ni mucho menos por hábitos ligados
a aficiones masoquistas.
La Política es, o al menos así ocurre en los últimos años,
fuente y referente de gran cantidad de conceptos todos ellos aparentemente
inescrutables entre si, los cuales, de
manera muchas veces paradójica, acaban adquiriendo imagen de incipiente coherencia, una vez que el filtro conceptual del muchas veces mal
llamado político, traza para ellos, siguiendo casi siempre protocolos sólo
comprensibles para él mismo; la senda tras cuyo discurrir, todo parece, al
menos en principio, gozar, si no de la certeza, sí de ciertos visos de credibilidad.
La Política es así Lengua,
no en vano la Retórica y el Sofisma, como
heredero aventajado de ésta última, logran, por medio de la temida y nunca
suficientemente respetada Dialéctica, dotar
de crédito cuando no de prestigio, a ideas e incluso a personas que de
cualquier otro modo, siguiendo los corolarios del Primer estado Jesuita, “no son dignos vasallos ni competentes para
recoger la inmundicias que el equino genera con objeto de su transitar.”
La Política es Imagen,
sólo así se puede empezar a atisbar el influjo que llega a crear en una
Sociedad en la que la imagen, como
burdo sustituto de la comprensión, llena todos y cada uno de los rincones,
incluidos por supuesto los más sagrados. Sólo
así podemos comprender una época en la que creemos
aquello que es visto.
Pero la Política es, protegiendo lo mejor hasta el final,
convencidos de que en la esencia se halla
inmersa la virtud, Magia. Sí, no es un despiste, no obedece a un trasiego conceptual. Tan sólo desde la
perspectiva que ofrece la Magia, podemos entender que la Política nos permita
aceptar como blanco, lo que a todas luces vemos como negro; dotar de legitimada
lo que a todas luces es injusto; resucitar como vivos, a los que hace años
supimos como cadáveres, y, lo que es peor, convertir en legados de virtud a
los/las que siempre por sus actos, y por su condición, no fueron sino pedazos de carne con ojos, a los que sólo el
ilusionismo manifestado por las Campañas y los focos; amparados eso sí en la
buena voluntad de la gente, dotó de la credibilidad que procede de dar por
hecho que tal cúmulo de cretinismo, incompetencia, y vana ignorancia, no podía por
más que obedecer a un plan perfectamente
preconcebido.
Ni el mismísimo VALLE-INCLÁN podría sentirse decepcionado.
Aunque, de igual manera, se hace imprescindible acudir a él, en su condición de
creador de los esperpentos (estrictamente
literarios en éste caso,) para tratar de hacernos una idea lo más
aproximada posible, no ya tan sólo de lo que ocurre no sólo en la Comunidad de
Madrid, sino en la
mismísima España.
Cuando el pasado lunes Esperanza AGUIRRE abandonaba el
despacho del Sr. RAJOY dejando tras de sí un portazo, no sólo metafórico, que tiene su parte literal en el
ruido, el cual fue audible hasta para los más despistados peatones que
deambulaban por la ya ampliamente transitada Calle Génova. Lo hacía presa de
ese furor característico que preconiza a
los que son, no lo olvidemos “Grandes de España”. Un furor que por otra
parte, no debemos olvidar, iba dirigido tanto contra el Mariano RAJOY
Presidente del Partido Popular, como contra el Mariano RAJOY Presidente del
Gobierno.
A los pocos adláteres no
que vieron, sino que intuyeron el simulacro de conversación, poco es lo que se
les puede sacar. En un brindis de
generosidad, revelan que el calificativo inútil,
estuvo varias veces presente en su acepción de calificativo personal.
Por ello, haciendo un imprescindible ejercicio no de análisis política, sino de percepción lingüística, podemos decir,
sin posibilidad de errar en exceso, que Dª. Esperanza AGUIRRE se ha preparado
el terreno, para dar el paso natural hacia el espacio que le es propio, esto es, aquél en el que poder ejercer no ya
sus ampliamente demostradas dotes de mando, sino más bien las otrora recordadas
y envidiadas restituciones de los vínculos existentes entre el Sr. Feudal, y el
Vasallo.
“Es la
Sra. AGUIRRE un ejemplo demasiado polifacético como para
pensar que vaya a abandonar, así sin más, la primera línea de la escena política española.” Son palabras
vertidas en Cadena SER por el delfín,
acólito, y a la sazón gran beneficiado con este esperpento; D. Ignacio
DELGADO, a estas alturas flamante PRESIDENTE EN FUNCIONES DE LA COMUNIDAD DE MADRID.
Lejos de entrar en consideraciones
plañideras del orden de que en MADRID, tanto la COMUNIDAD, COMO EL
AYUNTAMIENTO están a estas alturas regentados por sendos número dos, sí, traducido para los malos y lentos, gobernados por
personas que en principio no han ganado
unas elecciones, al menos no como se entiende en España; no podrán negarme que
la manera que tiene de hacer las cosas la “Nueva Derecha ”,
obedece cuando menos a “criterios propios”.
Pero sin desviarnos excesivamente del tema, ¿constituye
tamaña acción el catalizador definitivo que vendrá a cubrir en España la otrosí imperiosa necesidad que han
manifestado todos los países que comparten el dudoso honor de estar intervenidos, de ver resurgir en
su panorama electoral la figura de la Derecha Cavernaria , reaccionaria, caduca y siempre vetusta?
Muchas son las jornadas que llevamos aduciendo la terrible
certeza de que, algo así, más pronto que tarde, había de ocurrir. Muchas igualmente,
aunque menos, son las que llevamos insistiendo en la certeza de que algo se mueve. La Derecha, en su más
puro proceder, no puede estarse quieta nunca, y menos ahora, en este momento en
el que la lectura de los tiempos parece indicar que la Izquierda, presenta al
combate su flanco más débil, el que proporciona no la debilidad de las ideas,
ahora más presentes que nunca, sino la debilidad de un Capital Humano cada vez más efímero, no por lo desagradecida que
resulta la derrota, sino porque la mayoría no han sido capaces todavía de
digerir victorias pasadas.
Y, de nuevo, la Derecha hecha sus cuentas, y de nuevo le
salen. Han de acudir, eso sí, a lo más
selecto de Palacio. Encabeza MAYOR-OREJA una insigne comitiva en la que
destaca lo más florido de FAES. El mismísimo AZNAR se hubiera sentido
realizado, tal vez por ello el séquito está compuesto por algunos de los que ya
fueron Ministros con él. La verdad es que suena maravilloso, de no ser porque
resulta repulsivo.
Dice el aforismo que la virtud no pasa por tener siempre
razón, sino por sacar conclusiones valiosas, sobre todo de los errores. Por
ello, cuando semana tras semana nos planteamos abiertamente si las formas y
consecuciones con las que se mueve el Sr. Presidente son propias de un
incompetente, o tan sólo de un cretino moral; lo hacemos con la oculta
esperanza de que, una semana más, el tiempo pase sin desvelarnos tamaña
cuestión.
Sin embargo, esta semana hemos ido demasiado lejos.
En materia orgánica, el órdago
de la Sra. AGUIRRE
ha demostrado lo desguarnecido que en realidad está su flanco, al menos en
materia de apoyos y delfines.
En materia ejecutiva, su apéndice
natural en Cataluña, a saber el Sr. MAS, o lo que es lo mismo CIU, o lo que
es peor la DERECHA BURGUESA
CATALANA , le saca definitivamente los colores.
Y para colmo, el Rey tiene que escribir una carta, con la que contribuir no al mantenimiento del Orden
Constitucional, sino con la que fomentar la sensación de miedo.
La verdad, no me sorprende que ante semejante chusma, D.
Santiago CARRILLO haya preferido hacer lo último que presumiblemente le quedaba
por hacer.
¡Lástima que otros hayan ya perdido su ocasión para hacer,
de parecida manera, aquello para lo que en principio estaban llamados a hacer!
Luis Jonás VEGAS VELASCO.
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