miércoles, 19 de septiembre de 2012

DE CUANDO LA PERVERSIÓN NOS LLEVA A CONVERTIR EN ESTAFA, INCLUSO EL ACTO DE LA DIMISIÓN.


Un día más, comienzo mi “relato” de lo que para mi ha supuesto la semana, confesándome. Por enésima vez, y sin duda no será la última, he de reconocerlo explícitamente. Me gusta la Política, y no por motivos ligados a la voluntad de sacrificio, ni mucho menos por hábitos ligados a aficiones masoquistas.

La Política es, o al menos así ocurre en los últimos años, fuente y referente de gran cantidad de conceptos todos ellos aparentemente inescrutables entre si,  los cuales, de manera muchas veces paradójica, acaban adquiriendo imagen de incipiente coherencia, una vez que el filtro conceptual del muchas veces mal llamado político, traza para ellos, siguiendo casi siempre protocolos sólo comprensibles para él mismo; la senda tras cuyo discurrir, todo parece, al menos en principio, gozar, si no de la certeza, sí de ciertos visos de credibilidad.

La Política es así Lengua, no en vano la Retórica y el Sofisma, como heredero aventajado de ésta última, logran, por medio de la temida y nunca suficientemente respetada Dialéctica, dotar de crédito cuando no de prestigio, a ideas e incluso a personas que de cualquier otro modo, siguiendo los corolarios del Primer estado Jesuita, “no son dignos vasallos ni competentes para recoger la inmundicias que el equino genera con objeto de su transitar.”
La Política es Imagen, sólo así se puede empezar a atisbar el influjo que llega a crear en una Sociedad en la que la imagen, como burdo sustituto de la comprensión, llena todos y cada uno de los rincones, incluidos por supuesto los más sagrados. Sólo así podemos comprender una época en la que creemos aquello que es visto.

Pero la Política es, protegiendo lo mejor hasta el final, convencidos de que en la esencia se halla inmersa la virtud, Magia. Sí, no es un despiste, no obedece a un trasiego conceptual. Tan sólo desde la perspectiva que ofrece la Magia, podemos entender que la Política nos permita aceptar como blanco, lo que a todas luces vemos como negro; dotar de legitimada lo que a todas luces es injusto; resucitar como vivos, a los que hace años supimos como cadáveres, y, lo que es peor, convertir en legados de virtud a los/las que siempre por sus actos, y por su condición, no fueron sino pedazos de carne con ojos, a los que sólo el ilusionismo manifestado por las Campañas y los focos; amparados eso sí en la buena voluntad de la gente, dotó de la credibilidad que procede de dar por hecho que tal cúmulo de cretinismo, incompetencia, y vana ignorancia, no podía por más que  obedecer a un plan perfectamente preconcebido.

Ni el mismísimo VALLE-INCLÁN podría sentirse decepcionado. Aunque, de igual manera, se hace imprescindible acudir a él, en su condición de creador de los esperpentos (estrictamente literarios en éste caso,) para tratar de hacernos una idea lo más aproximada posible, no ya tan sólo de lo que ocurre no sólo en la Comunidad de Madrid, sino en la mismísima España.

Cuando el pasado lunes Esperanza AGUIRRE abandonaba el despacho del Sr. RAJOY dejando tras de sí un portazo, no sólo metafórico, que tiene su parte literal en el ruido, el cual fue audible hasta para los más despistados peatones que deambulaban por la ya ampliamente transitada Calle Génova. Lo hacía presa de ese furor característico que preconiza a los que son, no lo olvidemos “Grandes de España”. Un furor que por otra parte, no debemos olvidar, iba dirigido tanto contra el Mariano RAJOY Presidente del Partido Popular, como contra el Mariano RAJOY Presidente del Gobierno.
A los pocos adláteres no que vieron, sino que intuyeron el simulacro de conversación, poco es lo que se les puede sacar. En un brindis de generosidad, revelan que el calificativo inútil, estuvo varias veces presente en su acepción de calificativo personal.

Por ello, haciendo un imprescindible ejercicio no de análisis política, sino de percepción lingüística, podemos decir, sin posibilidad de errar en exceso, que Dª. Esperanza AGUIRRE se ha preparado el terreno, para dar el paso natural hacia el espacio que le es propio, esto es, aquél en el que poder ejercer no ya sus ampliamente demostradas dotes de mando, sino más bien las otrora recordadas y envidiadas restituciones de los vínculos existentes entre el Sr. Feudal, y el Vasallo.

“Es la Sra. AGUIRRE un ejemplo demasiado polifacético como para pensar que vaya a abandonar, así sin más, la primera línea de la escena política española.” Son palabras vertidas en Cadena SER por el delfín, acólito, y a la sazón gran beneficiado con este esperpento; D. Ignacio DELGADO, a estas alturas flamante PRESIDENTE EN FUNCIONES DE LA COMUNIDAD DE MADRID.
Lejos de entrar en consideraciones plañideras del orden de que en MADRID, tanto la COMUNIDAD, COMO EL AYUNTAMIENTO están a estas alturas regentados por sendos número dos, sí, traducido para los malos y lentos, gobernados por personas que en principio no han ganado unas elecciones, al menos no como se entiende en España; no podrán negarme que la manera que tiene de hacer las cosas la “Nueva Derecha”, obedece cuando menos a “criterios propios”.

Pero sin desviarnos excesivamente del tema, ¿constituye tamaña acción el catalizador definitivo que vendrá a cubrir en España la otrosí imperiosa necesidad que han manifestado todos los países que comparten el dudoso honor de estar intervenidos, de ver resurgir en su panorama electoral la figura de la Derecha Cavernaria, reaccionaria, caduca y siempre vetusta?

Muchas son las jornadas que llevamos aduciendo la terrible certeza de que, algo así, más pronto que tarde, había de ocurrir. Muchas igualmente, aunque menos, son las que llevamos insistiendo en la certeza de que algo se mueve. La Derecha, en su más puro proceder, no puede estarse quieta nunca, y menos ahora, en este momento en el que la lectura de los tiempos parece indicar que la Izquierda, presenta al combate su flanco más débil, el que proporciona no la debilidad de las ideas, ahora más presentes que nunca, sino la debilidad de un Capital Humano cada vez más efímero, no por lo desagradecida que resulta la derrota, sino porque la mayoría no han sido capaces todavía de digerir victorias pasadas.

Y, de nuevo, la Derecha hecha sus cuentas, y de nuevo le salen. Han de acudir, eso sí, a lo más selecto de Palacio. Encabeza MAYOR-OREJA una insigne comitiva en la que destaca lo más florido de FAES. El mismísimo AZNAR se hubiera sentido realizado, tal vez por ello el séquito está compuesto por algunos de los que ya fueron Ministros con él. La verdad es que suena maravilloso, de no ser porque resulta repulsivo.

Dice el aforismo que la virtud no pasa por tener siempre razón, sino por sacar conclusiones valiosas, sobre todo de los errores. Por ello, cuando semana tras semana nos planteamos abiertamente si las formas y consecuciones con las que se mueve el Sr. Presidente son propias de un incompetente, o tan sólo de un cretino moral; lo hacemos con la oculta esperanza de que, una semana más, el tiempo pase sin desvelarnos tamaña cuestión.

Sin embargo, esta semana hemos ido demasiado lejos.
En materia orgánica, el órdago de la Sra. AGUIRRE ha demostrado lo desguarnecido que en realidad está su flanco, al menos en materia de apoyos y delfines.
En materia ejecutiva, su apéndice natural en Cataluña, a saber el Sr. MAS, o lo que es lo mismo CIU, o lo que es peor la DERECHA BURGUESA CATALANA, le saca definitivamente los colores.

Y para colmo, el Rey tiene que escribir una carta, con la que contribuir no al mantenimiento del Orden Constitucional, sino con la que fomentar la sensación de miedo.

La verdad, no me sorprende que ante semejante chusma, D. Santiago CARRILLO haya preferido hacer lo último que presumiblemente le quedaba por hacer.

¡Lástima que otros hayan ya perdido su ocasión para hacer, de parecida manera, aquello para lo que en principio estaban llamados a hacer!


Luis Jonás VEGAS VELASCO.

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