jueves, 28 de julio de 2011

DE CUANDO EL PRESENTE NOS SOBREPASA, DE LO INEXORABLE DEL AQUÍ Y DEL AHORA.


Una de las mejores definiciones de presente es aquella que se da en términos axiológicos. Es aquella que dice que el presente es tal cuando el pasado recupera su actualidad en forma de responsabilidades, determinando de forma inexorable los acontecimientos que sin duda harán propio nuestro futuro.

Por ello de eso, de responsabilidades, y de la forma tan peculiar que tenemos de afrontarla, será de lo que hablaremos en el día de hoy.

La serpiente ha dado la cara. Lo ha hecho en Noruega, sin duda uno de los sitios en los que menos se la esperaba. Sin embargo, si lo pensamos con detenimiento no es algo realmente tan carente de lógica. Así, comportamientos tan denostables para la condición humana como son los acaecidos en Oslo y en el islote no por innombrable hoy menos famoso, no hacen sino poner de relevancia la realidad de un mundo en el que la más que evidente Crisis Económica no hace sino ocultar de manera flagrante otra crisis mucho más dañina, y sin duda mucho más duradera, cual es la de la ausencia de valores a la que sin duda habremos de hacer frente en el futuro más inmediato.

Porque si la serpiente ha sacado la cola en Noruega, no es menos cierto que sus raíces se hunden mucho más allá. Se hunden en una Europa que esconde en el armario de la ropa sucia una ingente cantidad de pasado que, a día de hoy todavía no puede ser exonerado. Se hunden en una Europa que esconde en el baúl de los recuerdos historias que, todavía a día de hoy, hacen estremecerse no ya al que las escucha, sino al que las cuenta porque las conoce. Pero se esconde de manera definitiva en la irresponsabilidad absoluta que se deriva de construir todo un edificio, nada menos que la certificación definitiva del Sacrosanto Proyecto Carolingio, apoyándolo en los obsoletos pilares que proporciona una axiología basada netamente en la ficción propia de un Código de Valores que no procede sino de la revisión rápida y solapada que algunos hicieron de la interpretación sesgada de valores que, si no han sido definitivamente desechados no ha sido por su condición de obsoletos, sino por la falta de capacidad, o deberíamos decir de vergüenza, de la que han hecho objeto la mayoría de nuestros dirigentes.

Y si la incompetencia siempre cuesta dinero en tanto que tiempo, en el caso de la Moral, y de la Construcción de Proyectos como el Europeo, ese tiempo se mide en generaciones. La Derecha Cavernaria, por definición reaccionaria y taciturna, tenía muy clara su misión. En un primer lugar, se trataba de salvar los muebles que quedasen tras la caída de Berlín. La excusa en la que rápidamente se convirtió el posible avance del Marxismo que la antigua URRS representaba; dio pie a que el silencio cómplice de unos, y la acción abierta de otros, impidiera como en principio se deseó, la absoluta desaparición del Movimiento Nacional Socialista, así como de cualquiera de sus acepciones. Así, la panoplia del Juicio de Nuremberg proporcionó la cortina de humo imprescindible para ocultar el trasiego de científicos nazis a EE UU por un lado, mientras que en Europa nos dejaban la basura, en forma de esa denostable caterva de ideólogos wagnerianos que siguen creyendo en la Walkiria. Como muestra, un botón, la pasada semana hubo de ser exhumado el cuerpo de uno de los más reputados asesores de A. Hitler en Alemania. La causa, el Ayuntamiento está harto de tener que lidiar cada tres de agosto con la manada de enfermos que acuden a celebrar sus acciones pasadas. Entre alguno de sus mayores logros, ser uno de los incendiarios de la Solución Final.

Mientras, en Europa recogemos la semilla que lleva años germinando. La continua lucha que desde 1948 se libra en silencio en los campos europeos, es ahora una lucha silenciosa, sin héroes ni victorias. Es una lucha que se desarrolla en terrenos tan dispares que van desde los palcos de algunas instituciones universitarias, hasta los púlpitos de las iglesias, pasando qué duda cabe por los sillones de los Consejos de Administración de algunas de las Empresas más influyentes de Mundo. Es una lucha sin uniformes, en la que ahora la posesión del Capital ha sustituido a la obligación de conquistar terreno al enemigo, una lucha en la que los uniformes han dado paso a los trajes de americana, y en la que la posesión de una conexión WI-FI puede ser un arma de destrucción masiva.

Y en medio de esto, una vez más. España. El papel que nuestro país juega en esta nueva batalla no es nuevo. No se trata ya sólo de que con la participación directa de la Iglesia, a través de la acción de su Sumo Pontífice Pio XII, por España transitaran libremente más de treinta y cinco mil nazis dotados de pasaporte del Vaticano, con destino a América del Sur, Argentina y Brasil primordialmente. ¿Qué habría de pensar la Banca Marchs entre otros cuando sus arcas se llenaron de activos procedentes del exterminio de aquellos que un día les fueron propios? Respuesta, el dinero no es romántico.

Por eso, no es del todo mal pensado volver a someter a cuestión la posibilidad de analizar los efectos que en España tiene la presencia reconocida de más de mil nazis los cuales, más allá de vivir a cuerpo de rey, infectaron sin remisión el tejido moral de España, creando unas dudas propias de miserables sobre asuntos que no ofrecen duda categórica alguna. Tal vez una de las causas de esta permisividad, deba ser buscada en esas más de cien empresas que componían el 76% del PIB en mil novecientos cincuenta y seis, y cuyo capital procedía directamente de los ardides nazis.

Así es, en definitiva, cómo se puede empezar a entender a un país que, a día de hoy, necesita de una Ley no ya sólo para saber cuándo pensar, sino por encima de ello cómo hacerlo (De Memoria Histórica la llaman), y que luego desmantela a los jueces que se atreven a ponerla en práctica. Una de las causas, la irrefutable lucha soterrada a la que en este país asistimos, en Campaña Electoral abiertamente, y en las barras de las tabernas más escondida y visceral.

Una lucha en la que en definitiva se enfrentan valores contrapuestos, valores que se diferencian en la forma de ver y entender cosas como el Derecho a la Vida, a la Libertad, a la Educación, y a ese cúmulo de cosas que, lamentablemente hemos creído que nos eran algo propio, por lo que no era necesario luchar.

Cada batalla a la que renunciábamos, era una Guerra que ganaban ellos por incomparecencia. Cada incomparecencia constituía una renuncia silenciosa, renuncia a luchar por lo justo, renuncia a denunciar lo imperdonable.

Hoy mirad como estamos.

Y esa misma serpiente, es la que tapa la boca del niño con la cola, mientras hunde sus fauces en el pecho desprotegido de la complacida madre. Al amanecer, el llanto lastimero del niño hambriento despierta a una madre que, un día más desesperada comprueba como de sus pechos no sale más leche, mientras el infante se cae de inanición. Pero la bicha en sabia, siempre le deja un poco, las escurrieras, lo justo para que el niño se mantenga vivo, en la vana ilusión de la vida. Así ella no habrá de enfrentarse al riesgo de buscar otra víctima, con el riesgo de que los perros la descabecen definitivamente.

A eso nos enfrentamos. Eso es lo que quisimos, porque sin duda lo hemos permitido.

Y finalmente, las previsiones de Juan, en el Apocalipsis, se hacen certezas, y se manifiestan de manera irrefutable para cualquiera que tenga el valor de admitirlo. El Capitalismo se ha ido, y lo ha hecho para no volver.

En breves palabras, el Capitalismo se basa en la gestión especulativa, esto es, en la evolución del precio de las cosas en la medida en que factores externos a ellas mismas modifican su condición, a saber, su valor, sin que se produzca ninguna modificación plausible y constatable en la naturaleza de tales cosas. Este fenómeno, conocido como especulación, es el que hace que la libre circulación de capitales, se convierta hoy en día en la mayor fuente de producción de riqueza en sí misma. Mover dinero genera dinero en sí mismo, y por eso estamos hoy permitiendo que miles de personas pasen hambre en el Cuerno de África, habiendo almacenes con alimentos allí mismo. La causa, aquellos que tienen la llave, la burocracia, no han decidido que ha llegado el momento de abrir las puertas

El Capitalismo se fundamenta en la libertad de mercado. Según sus principios, de este movimiento se suscitará todo, desde las leyes hasta la Axiología, pasando por la educación, la cual formará buenos “aprendices de brujo”.

La realidad es otra por sencilla sorprendente. El valor de todo se logra atendiendo a métodos comparativos. Las cosas valen dependiendo de El Mercado, de La Bolsa, del valor del barril de petróleo, o de la combinación de una serie de cosas que, como denominador común presentan la eterna comparación con algo.

Y al final de la cadena de comparaciones, de una manera u otra, los Estados Unidos. Creador del Capitalismo, y su ferviente guardián. Entonces, si Estados Unidos está en Bancarrota, ¿Qué le queda al Capitalismo?

Si lo digo yo, no tiene valor. El Director del Telegrapg, Charles MOORE, lo puso por escrito el otro día: “Estoy empezando a reconsiderar la posibilidad de que algunas de las cosas que dice la izquierda no estén tan equivocadas.”

Luis Jonás VEGAS VELASCO.


http://www.telegraph.co.uk/news/politics/8655106/Im-starting-to-think-that-the-Left-might-actually-be-right.html

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