miércoles, 25 de febrero de 2015

DE NUEVO LAS DOS ESPAÑAS. EN ESTE CASO LA QUE ESTÁ, Y LA QUE ESTÁ POR VENIR.

O al menos, a asumir como definitiva la existencia de un modelo de España al que solo puede accederse mediante la aplicación más o menos exhaustiva del método dialéctico es decir, mediante la sucesiva implementación de modelos o consideraciones enfrentadas en forma o fondo, con la convicción de que del mencionado enfrentamiento, podamos extraer alguna suerte de conclusión constructiva.

Sin embargo, una vez sometidos a la merecida consideración no tanto los escarceos de toda una Sra. Vicepresidenta del Congreso con sus aditamentos tecnológicos, cuando sí más bien los esperpénticos esfuerzos desentrañados por algunos compañeros empeñados en la absurda labor de defender una vez más lo indefendible; bien podríamos decir que hemos inaugurado una nueva fase (alguno dirá que se ha pasado una nueva pantalla) en el otrora tupido escenario destinado a definir la relación de nuestra Clase Política, con El Pueblo, el que por otra parte puede sentirse verdaderamente ofendido no tanto por los modos desempeñados a la hora de “defenderlo”, como sí más bien, quedando esto ajeno a los vaivenes de cualquier consideración subjetiva; tanto el aparatito en sí mismo, como los programas que al menos a priori deberían son o han sido pagado por el Erario Público.

Inauguramos así pues un nuevo escenario vinculado a la selección de los apelativos con los que ahora los miembros del Ejecutivo, pueden no solo dirigirse al Pueblo cuando lo considera necesario. Aunque la consideración pueda parecer nueva, y en última instancia achacable a la Sra. Celia VILLALOBOS, (de tratarse de una nueva ley podéis imaginaros cómo la denominaríamos) lo cierto es que se trata de una nueva forma de proceder inaugurada por el Sr. Presidente de manera personal, hecho al que procedió cuando tuvo a bien catalogarnos de tristes, a todos aquéllos que éramos incapaces de mostrarnos accesibles a la Gracia de la que sin duda hay que ser benefactor cuando te empeñas en compartir el modelo de España que el Sr. Presidente a base de predicar, ha llegado a creerse él mismo. Y ahí es donde definitivamente subyace el peligro.

Sin embargo, retomado el espíritu desde el que comenzábamos la redacción del presente, lo cierto es que si algo ha quedado científicamente constatado a partir del análisis no tanto de las intervenciones que se han sucedido a tenor del desarrollo del Debate sobre el estado de la Nación, como sí más bien de las declaraciones de las que las mismas se han hecho acreedoras; es de la definitiva constatación de la existencia de las Dos Españas. Hay una España propensa al cretinismo, de la que son testigos tan solo algunos vinculados a la primera línea del Partido Popular, o a las puertas giratorias por éste promovidas;  que se enfrenta a diario con una España normal, de calle, la cual  se ha visto obligada definitivamente a renunciar a su otrora obligado empeño de mantenerse con los píes en la tierra sencillamente porque parafraseando la famosa frase de la insigne película de HANKS, “Tonto es el que dice tonterías.”

Y precisamente tonterías, muchas y algunas de ellas dichas a muy elevado nivel, es lo que hasta los que no estábamos escuchando hemos oído cuando un falsamente ofendido ¿Sr. Presidente del Gobierno? Perdía radicalmente los papeles, hecho al que se accedía sin querer bastando para ello comparar cómo perdía las formas, en ese acalorado intento de demostrar que la tontería, si se dice “a voces” parece siquiera menos tontería.

Pero por qué rebajarnos, por qué entrar en su juego de reducir el problema considerando que el problema viene de ahora, o se resume en la teoría del absurdo desarrollada ayer, cuando la verdad es que nos sobra motivos no solo para constatar, sino abiertamente para demostrar que al aquí y al ahora que nos circunda hemos llegado por múltiples causas, entre ninguna de las cuales se halla por supuesto, la casualidad.

Es por ello que llegados a este punto, una vez considerado reduccionista el proceder encaminado a declarar culpables de todos los males, incluso de la muerte de Manolete a las corrientes vinculadas con la apuesta dada a considerar como realmente responsable de la actual situación de las cosas al efecto generado por la Clase Política; lo cierto es que una vez más vengo a entonar mi particular lacrimosa empecinado en recordar la posibilidad de que puestos a buscar responsables debamos mirar hacia adentro, no tanto que en nuestro derredor.

Se apodera entonces una vez más la Semántica de toda la disquisición, ya sea ésta presente o pasada, apuntando todo y con fuerza a los procederes de consecuciones lógicas futuras, y lo hace para zambullirnos de golpe en el baño de realidad que supone una vez más llamar al orden a la tropa en torno al obligado sacrificio que una vez más hemos olvidado de rendir para satisfacer a una de las últimas manifestaciones que permanece siempre hambrienta, a saber la que se muestra proclive a recordarnos que en tanto que hombres, nos merecemos participar del enésimo tributo a la Responsabilidad.

Porque una vez nos hemos abandonado en pos de las catalogaciones cualitativas, lo que hemos alcanzado una vez superadas las consideraciones meramente cuantitativas, más que la reprobable conducta de la Sra. Vicepresidenta del Congreso, a la cual podemos exigir que de necesitar jugar al menos lo haga a juegos made in Spain; lo cierto es que a mí me enerva bastante más, por decirlo de manera adecuada, afirmaciones como las desentrañadas por el Sr. RAJOY cuando investido de no sé que suerte de conducta cuasi orgiástica, se atreve a catalogar de patética la actuación del  que no lo olvidemos a día de hoy es y sigue siendo Primer Grupo Político en la Oposición.

Porque si efectivamente en algo se hizo palpable y manifiesta la pérdida de las formas, ese algo hay que buscarlo en la más que extraña sensación que efectivamente sabemos se paseaba a sus anchas por la Cámara. Una sensación que como un frío atronador se regocijaba en el cogote de alguna de sus Señorías, vinculado a la evidente atribución de viso de evidencia más que de verdad que resulta imprescindible tributar a una de las pocas si no la única verdad absoluta que podemos poner en boca de Mariano RAJOY cuando éste afirmó que efectivamente, estamos ante el último Debate para algunos.

Que estamos ante el último Debate para algo, me atrevería a decir yo.

En el último Debate para las viejas formas, en el último Debate para la vieja guardia (los baby-saurios han pedido plaza en los Documentales de la 2), en el último Debate, y ahí es donde a unos y a otros les viene el rechinar de dientes, del bipartidismo.

Porque que nadie se engañe, y si lo hace que sea desde la convicción propia. Lo que realmente traía por el cerro de la amargura a unos y a otros, de ahí que el grado de conducta propia de zote no hiciera distinciones de sexo ni de Partido, no era sino el efecto que la cada vez más alargada sombra de PODEMOS, cernía sobre la Cámara Baja.

Porque reto a cualquiera a que me diga, en los taitantos años de Actividad Parlamentaria más o menos normal, que a excepción del daño estructural que fenómenos tales como el 23 F, o las mayorías absolutas vinculadas al Partido Popular han consignado; jalonan la vida de España, son capaces de citar uno y solamente uno momento en el que un ente que, nombrado desde el arquetipo de extraparlamentario que tan brillantemente describiera hace poco la nunca suficientemente tenida en Gloria Sra. AGUIRRE como de ente todavía extraparlamentario, afecte en realidad tan duramente al desarrollo de cuanta actividad, inclusive la más seria y rigurosa, se lleva a cabo en el hemiciclo.

Porque nos engañaríamos una vez más, haciéndonos una vez más acreedores de las peores consideraciones con ello; si nos negáramos a enfrentarnos con la evidencia que en esta ocasión se esconde tras la presencia evidente de PODEMOS y lo que puede ser peor, de la evidencia más que evidente de que lo que en realidad podía estar en presencia de su velatorio era en realidad la forma de entender la manera de hacer Política de este país.
Y lanzados en la vorágine de las consideraciones inerciales, otra de las cuestiones de las que ya nadie duda, cuestión que más bien al contrario gana adeptos con cada minuto que pasa, discurre por el derrotero no ya de saber cuántos votos capturará la nueva formación no tanto ya con su supuesto buen hacer, como sí más bien a tenor de las malas formas y peores fondos demostrados por unos y otros.

En definitiva, lo único de lo que tanto el Sr. RAJOY como yo estaríamos seguros llegados a esta tercera página es de que los que el año que viene guarden paciencia y arrestos suficientes para lidiar con otro Debate se enfrentarán no solo con una nueva Clase Política, cuando sí más bien con el resultado de una nueva manera de entender la Política surgida de la muerte del Bipartidismo.

¡Eso sí que es patético Sr. RAJOY! El permanecer hierático mirándose tan solo su ombligo, o quién sabe si la bragueta, es sencillamente deleznable.


Luis Jonás VEGAS VELASCO.

2 comentarios:

  1. Casi de acuerdo contigo en todo.
    Sólo te recuerdo que el atajo de la puerta giratoria no es ruta exclusiva del hatajo de indecentes del PP.
    Ahí tenemos, inaugurándolo, a Felipe González, a Solchaga, a Elena Salgado...
    Luego hablan de desafección.

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  2. Sabes que me gustan los desacuerdos, sobre todo sabiendo que pase lo que pase, jamás degenerarán en desavenencias. En cualquier caso sabes que si bien me gusta desarrollar un ataque furibundo contra "unos", no se ha de deducir que sea inasequible en la defensa de "otros". Por ello, gracias.

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