Amanece. Un nuevo día da píe a lo que para unos será sin
duda motivo de alegría, sirviendo sin embargo y a la vez para poner de
manifiesto la que rápidamente se erige como la gran característica del Hombre
Social a saber: lo paradójico de su comportamiento, manifestación evidente de
su esencia.
Porque así mientras unos ríen, otros, sin duda, lloran.
Donde unos ven un motivo para la ilusión, otros ven una posibilidad para el
sufrimiento que lleva aparejado el riesgo.
Sin duda, hoy por hoy ha de ser difícil reconocerse como capturado por la Filosofía del Partido
Popular. Aunque acudiendo a la capacidad de adaptación tantas y tantas
veces utilizada por el Hombre como elemento de adaptación, siempre podemos
sustituir la Filosofía (algunos lo agradeceremos) por la Religión, y conformar
entonces la definición procedimental de no
practicante. “Pepero” no practicante. ¿Podría ser una de las múltiples
definiciones bajo las que se agruparán los sin duda igualmente numerosos
votantes de Ciudadanos.
Pero lejos de consentir hoy perdernos en futuribles, lo cierto es que lo que ha
venido hoy a motivar el desarrollo de estas pocas líneas no es la necesidad de
un futuro, no por incierto menos necesario; como sí más bien el gusto por
revindicar otra vez el pasado como fuente de inercia conceptual.
Constituye el gusto
por el pasado, una realidad mucho más cercana, a la vez que mucho más consolidada
de lo que una inmensa mayoría de personas parece estar dispuesta a creer. Ya
sea en su vertiente formal, bajo la
que el comportamiento científico socava todo interés por lo visceral, ya sea
desde el quehacer legendario, en el
que todo se rinde al componente subjetivo, lo cierto es que el pasado parece
aferrase a todo, aunque es de justicia reconocer que a unos más que a otros.
Por eso cuando la semana que a nuestros efectos ha servido
para constatar el grado de pasado que
más que impregnar, se convierte en
esencial, pasando a formar parte de los componentes más íntimos de
estructuras sociales y por ende políticas de
la talla de El Partido Popular, lo cierto es que me pregunto cómo han
logrado funcionar durante tantos años. Porque
la pregunta lejos de irreverente, se me antoja imprescindible: ¿Todo era
conocido? O por el contrario, además de conocer y participar del Ideario
¿Resulta imprescindible la compatibilidad con algún grado de estulticia?
Retrotrayéndome sobre mis pasos de manera parecida a como lo
hace la propuesta de Podemos en relación a su disposición de cara a actuar con
las daciones en pago; lo cierto es
que reformulando mi tesis del principio, más que resultar difícil ser del PP, lo que tiene que empezar ya
a valorarse es sin duda, ejercer de
activista del PP.
Cuando la coherencia, o más concretamente su ejercicio, se
vuelve incompatible para con una actitud, es cuando de manera inexorable,
surgen los comportamientos neuróticos, los cuales como es bien sabido, suelen
erigirse en el estado previo a
enfermedades bastante más severas. Es por eso que hoy por hoy, erigirse en
baluarte del Partido Popular se me antoja un ejercicio tan complicado, que
directamente proclamo desde aquí, sin el menor atisbo de cinismo, mi mayor
respeto para con quienes lo siguen practicando.
Porque si de algo me he convencido a lo largo de mi tránsito
por la libertad electoral, estado en
el que me declaro, y que se prolonga ya desde el momento en el que el partido
en el que militaba decide expulsarme en lo que ellos describen a título
procedimental como un intento de
reconducir mi carrera política; es de que lo que con mayor precisión sirve
para unir a los partidos de una y otra índole, es precisamente el diagnosticar
el problema común que se constituye en torno a los insumisos que osados, se
atreven no solo a pensar por sí mismos,
sino que además componen odas para
escenificar el profundo placer que tales conductas proporcionan.
De todos modos, y dicho sea de paso por no ser injustos
larga, tremendamente larga, se tiene que estar haciendo para alguno esta nueva travesía del desierto.
De manera parecida a como sin duda se sintió Moisés al
comprobar el descreimiento que de manera instantánea había hecho mella entre
los que se decían integrantes del Pueblo
Elegido, así ha de sentirse probablemente Mariano RAJOY cuando tras bajar
simbólicamente de su Monte Moab (No
sé en qué planta de Génova número 13 situada,) se encuentra a sus seguidores
adorando a su particular Becerro de Oro.
Con el Sr. RATO en el papel estelar de Aarón, a saber quien
fundió el mítico Bos Taurus Primigenius, nos
encontramos como entonces en el desenfreno de una complicada ecuación cuya cuestión
es evidente y se circunscribe a una única y en apariencia sencilla consideración.
¿Desde cuándo eran los integrantes del Nuevo
Pueblo de Israel conocedores de que su conducta no constituía motivo de alegría a los ojos de Dios?
Dado que definitivamente el Éxodo no parece ser en este caso
principio, sino más bien fin al que ineludiblemente están muchos abocados, es
por lo que nos retrotraemos a las palabras desveladas hoy mismo por el todavía
insigne, al menos para algunos, Sr. NASEIRO, para acudir por seguir con el
paralelismo ya iniciado al Génesis, desde donde podemos afirmar que la
corrupción no es que campe, más bien es componente esencial de la manera de ver
la vida que tienen la mayoría de los que habiendo elegido la Política como modo
de medrar en la vida, decidieron después hacerlo bajo los designios aportados
por el campo semántico de la Derecha.
Aunque para Reveladoras,
pocas como las palabras pronunciadas hoy por otro insigne, a saber nada más y nada menos que HERNÁNDEZ MANCHA.
Sorprendiendo a propios y a extraños con su clarividencia, o quién sabe si
erigiéndose en artífice de El Arca de Noé; el babysaurio no ha dudado en atribuirse poderes cercanos a los de los jinetes, en este caso del Apocalipsis, afirmando
sin rubor que si el Partido Popular no obtiene una mayoría solvente en la
próxima cita electoral, detrás de ellos, el Diluvio.
Y después de todo esto qué pensará la excelsa figura trina, a saber ¿el Sr. RAJOY? Es posible que en
línea a lo ejercido por la Segunda Persona una vez consumado el drama que
certificó nuestra incapacidad para reconocer
ni siquiera en sus acciones al que es sin duda, el más grande, que decida
como aquél, pasar tres o cuatro días haciéndose
el muerto.
Sea como fuere creo no será predicar en el desierto, si digo que ni él, ni por supuesto
nosotros estamos para eternidades. Que
sea lo que tenga que ser, pero por favor
que sea pronto, porque sinceramente ya ni Maná caído del cielo (o de Bruselas en forma de compra de Deuda
Pública) puede satisfacer las demandas de un Pueblo que sinceramente comienza a
estar hasta el último pelo no tanto
de monsergas, como sí más bien de que se nos tome por Eunucos.
Con todo y con ello, lo cierto es que no hemos perdido la ¿Esperanza ? Y por ello
aguardamos con celo y llenos de la idem la
posibilidad de que un Juicio Final que en el caso que nos ocupa adopte la forma
de Cita Electoral, arroje a los malvados al Fuego Eterno alimentado con Azufre,
permitiéndonos a los demás tomarnos el descanso del que sin duda nos hemos
hecho dignos acreedores.
Porque en buena Lógica
desde la actual perspectiva de las cosas, que el Partido Popular gane las
próximas elecciones debería de ser más difícil, de que yo entre por el ojo de una aguja. Aunque ésta sea de la clase de las
usadas antaño para coser colchones.
Luis Jonás VEGAS VELASCO.
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