miércoles, 28 de marzo de 2012

DE CUANDO ESTAR TAN ACOSTUMBRADO A MIRAR EN EL FONDO DEL ABISMO, TE LLEVA A OLVIDAR QUE EL ABISMO TAMBIÉN PUEDE MIRAR DENTRO DE TI.


Resulta paradójico que una vez más, deba nutrir mis cavilaciones precisamente en la literatura propia de los que supuestamente son mis rivales, para no encontrar en ella sino abierta consideración que me lleva, cada día más si cabe, a perpetuarme en las que son mis convicciones, que no creencia; pudiéndose encontrar precisamente en tal extremo una de las pocas cosas que nos diferencian y, qué duda cabe, que nos diferenciará siempre.

Por no perdernos en el extrarradio del razonamiento, diré que leyendo una vez más la columna que Federico Jiménez tiene apalabrada en el Diario El Mundo, me encuentro hoy, eso sí de pasada, y siempre para servir, después de ser convenientemente retorcido a sus creencias: con una exposición a la que yo, evidentemente por siempre menos erudito que el Sr. Jiménez, he hecho repetidas alusiones una y otra vez. “Lo que diferencia a las dictaduras de Derechas, de aquéllas que son de Izquierdas, no es sino que las primeras pasan olímpicamente del Pueblo, en tanto que no le son directamente útiles en su fervor por apoderarse del Poder. Por el contrario, la Izquierda siempre comprendió que el la masa se encuentra la justificación plebeya a los designios que le son propios.” Una vez más cabe reseñar qué, todos estos conceptos lo tiene tan claro D. Federico porque se trata de uno de esos que afirma no poder decidir en qué mesa sentarse, en tanto que no ha probado todos los menús que se sirven.

Y todo esto viene a colación, precisamente a escasos instantes de comenzar al jornada designada para la enésima Huelga General, de la discusión creada, en tanto que no hay nada que discutir, de si el derecho a trabajar está o no enfrentado con el derecho a ir a la huelga. Porque sí, haciendo farfulla del propio texto legislativo, eructado por la Derecha más Cavernaria, y llamado Reforma Laboral, nos encontramos con que, dentro del cúmulo de errores que le es propio, efectivamente, tampoco ha legislado sobre las implicaciones del derecho a la huelga. Tal vez porque ha considerado qué, al tratarse de un derecho contenido en una Ley de Rango Mayor, a saber la propia Constitución lo consagra, iba a ser que la borrachera de poder no era excusa convincente para meterse en camisa de once varas (castellanas).

Si bien, como suele pasar en la mayoría de ocasiones, incluso entre los detritos propios de la inmunda acción que le es propia a muchos seres, socialmente reconocidos como sujetos patógenos, puede extraerse alguna acción válida, que no valerosa. Siguiendo esa filosofía, sigo surcando los intrincados mares en los que se convierten las divagaciones de D. Federico, hasta llegar al párrafo en el que afirma que la capacidad de dirección y representación que se atribuyen los sindicatos es ficticia en tanto que no está justificada, ni en el supuesto prestigio de ambos, ni, por supuesto, en el volumen de personas a las que supuestamente representan. Si vamos un poco más allá, y el decoro así lo autoriza en un artículo de opinión como éste, bien podríamos decir que los sindicatos españoles continúan lastrados en los viejos conceptos propios de la época vertical, aquéllos tiempos, tan añorados por algunos, en los que no sólo los objetivos por los que había que luchar venían dictados, sino que incluso estaban conformados los manuales de lucha.

Vamos, que siguiendo en la paradoja de ratificar mis conclusiones en las premisas del rival, la respuesta a la pregunta sobre los males de este país puede ser que el primero lo constituya un ecologista, el segundo dos ecologistas; y el tercero…un sindicalista.

Mas una vez superada la sinrazón, o más bien la sin Público, una vez que éste ha cerrado, la sensación de congoja deja paso a la certeza de que nada ni nadie cambiará un ápice en función de lo que pase mañana.

La certeza a este hecho la ha aportado el Sr. Ministro de Economía. “El Gobierno no variará un ápice el texto legal sea cual sea el resultado que se le atribuya a la movilización de mañana.” Sin ánimo de ofender, se puede decir más alto, pero no más claro.

En definitiva, una vez que vuelve a quedar puesto de manifiesto la necesidad de buscar otros métodos así como procedimientos novedosos que vertebren el sempiterno procedimiento de la protesta; parece evidente que otra cosa queda si cabe instaurada de manera definitiva, la convicción, cada vez más arraigada en nuestros políticos, de que salvo para votarles, no ya la opinión, sino la capacidad para reconocer no ya lo que es bueno, sino lo que es manifiestamente malo, nos ha sido extirpada a los ciudadanos. Por eso, parafraseando a Santa Teresa de Jesús, que hoy hubiera cumplido 497 años. “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta.”

La cita parece que ni al pelo aconsejable a este Gobierno, si cabe más precisamente en este momento. Anticipándose a La Semana Santa, El jueves lo será de dolor, el viernes, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado lo convertirán en un verdadero acto de Pasión (se rumorea que la Rueda de Prensa va a tener más audiencia que el Sorteo Extraordinario de Navidad).

Y así, el lunes de aguas será sustituido por la marea andaluza, esa que ha echado a perder las ansias de algunos, que ha frenado al nuevo totalitarismo que aparentemente estaba asegurado y que va a convertir en algo anecdótico los doce años que el Candidato del PP andaluz empleó en licenciarse en Derecho, en comparación con los que va a necesitar para encaramarse a la Presidencia de la Junta de Andalucía.

No ha podido ser. Los más de tres meses ya de fruslerías, desplantes y abiertas mentiras, han sido demasiado. En esta ocasión, las campañas electorales veladas, fundamentadas en el silencio, o en como ha patentado su líder, D. Mariano RAJOY, basadas en colocar un autobús delante de la portería, para que no te metan un gol no han funcionado. Ni ARENAS es RAJOY, ni Andalucía es España. Por ello, ni a la tercera, ni a la cuarta fue la vencida. Como ocurre en sus queridas tierras americanas, habrá que aferrarse a la quinta.

Aunque bueno, la verdad es que siempre nos queda el tan español derecho al pataleo, y que en el caso de los resultado electorales se materializa en el conocido como “la lista que gana es la que más derecho tiene a gobernar.” Y cómo no, ARENAS ha acudido raudo a su cita con el acto. La respuesta es evidente, la suma de votos que en Andalucía han votado “progresistas”, supera al que ha votado “conservadores”. El resto de consideraciones vaya a buscarlas a la reunión de su Ejecutiva Nacional. Humildemente creo que el tomo que la Sra de COSPEDAL empleó el pasado día 25 a la hora de valorar los resultados en Andalucía, es lo suficientemente claro, más incluso que el contenido mismo de su discurso. Aunque, ciertamente, su discurso también tenia implícito un cierto tono “dimisionario”. ¿Sería tal vez el asomo por un instante de la “vergüenza torera”? Tal y como se ha encargado de aclarar hoy, no, no se trataba de eso. Porque como dicen las malas lenguas: “¿Y adónde va a ir a estas alturas el señorito?”

En definitiva, los acontecimientos se empeñan en ratificar la última de nuestras tesis, la de que vivimos tiempos históricos. Y como ocurre siempre, los contemporáneos somos los únicos que no somos capaces de verlo.

Luis Jonás VEGAS VELASCO.

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