miércoles, 2 de mayo de 2012

DE CUANDO LA ESTULTICIA NO SE DISIMULA NI CON SANTIDAD.


Porque irremediablemente, hay cosas que no pueden ser atalantadas, acudiendo exclusivamente a las peticiones milagreras. Porque inexorablemente nos hallamos inmersos en un momento en el que la toa de decisiones hace imprescindible no sólo que éstas se tomen de manera adecuada, sino además que se haga en un tiempo récord. Porque el aquí y el ahora han adquirido unas características que hacen especialmente peligroso el que sigamos confundiendo con progreso, lo que no es sino mero paso del tiempo, es por lo que se hace imperioso entender en todo su calado la frase de Ignacio de LOYOLA: “Es preferible mucha sabiduría y mediana santidad, a poco conocimiento y mucha santidad.”

Y eso lo dice, les recuerdo, la misma persona capaz de categorizar, en los escasos segundos que se tarda en citar su frase, nada menos que a todos los miembros integrantes de la Humanidad. Así, para el Padre fundador de la prestigiosa y prestigiada ORDEN DE LOS JESUITAS, “hay tan sólo dos categorías de persona, los que sirven para ir encima del caballo, y los que se dignifican a sí mismos y a Dios recogiendo con la diligencia propia de la humildad exigible, las inmundicias que éste va dejando.”

Todo esto no viene sino a colación de las conclusiones a las que nos abocan la sucesión de acontecimientos con los que se nos regala, día tras día, el excelso Equipo de Gobierno con el que nos hemos regalado. Cada día, la pregunta no es ya si habrá o no Debate sobre el Estado de la Nación, la verdad, digo, a título personal, qué razón tenemos si las Ruedas de Prensa de los Viernes, posteriores como se sabe a cada Consejo de Ministros, constituyen en sí mismas un verdadero ejercicio de expresión, categórico en Retórica eso sí, si además cuentan con las insignes aportaciones de la otrora insigne Abogada del Estado, y ahora no menos excelsa Sra. Vicepresidenta del Gobierno, Sra, Sáenz de Santamaría la cual, entre sofismas, y alguna que otra frase hecha, más que nada para congraciarse con los pobres de a pie, tiene que desgranar, semana sí, semana también, el cúmulo de reformas intensivas, algunas de ellas tanto que reforman a su vez la reforma de la semana pasada; con las que este Gobierno, supuestamente, va a poner coto a esa Crisis Estructural Internacional de la que, evidentemente no son responsables, faltaría más, pero cuya resolución sí que se encuentra, desgraciadamente, entre sus imperiosas obligaciones.

La verdad es que, retomando el contexto del principio, a estas alturas, no sé a ciencia cierta qué pensar. Me gustaría, sólo en algunas ocasiones eso sí, estar en la piel de algún americano medio. Uno de esos recios hombres conscientes de que, al igual que se pueden provocar guerras para vender armas, que se pueden promover infecciones para que las farmacéuticas amplíen su cuota de mercado…se puede, en definitiva poner patas arriba un Sistema Social con cincuenta años de vigencia, con el único propósito de recordarnos a todos, sin el menor género de dudas, cuál es nuestro lugar en el todo de las cosas.
Mas la cruel realidad me devuelve a mi aquí, y me sirve para comprender que las funciones del españolito medio, en lo que conciernen a su situación en el estado de las cosas, no pasan sino por aquéllos ingentes recuerdos del ya pasado, y nunca suficientemente valorado, Gobierno Aznar. ¿Cómo olvidar el papel de perrito faldero tan magníficamente interpretado? Recuerdo también las palabras que por aquél entonces y a tenor de aquél lamentable comportamiento se escuchaban: “Si no podemos ser los poderosos, al menos asegurémonos de estar junto a ellos.”
Hoy Estados Unidos ha comprendido, aunque sin duda le ha costado, que para salir de la crisis resulta indispensable inyectar dinero público en las circulaciones de Capital.

Pero aquí, como siempre, a rebufo. La inercia propia de la desmesurada Burocracia Institucional, convierte en inútil cualquier esfuerzo encaminado a la consecución de soluciones a corto plazo. Como vendría a decir el Capitán Smith, cuando avistaron el hielo que hundió el Titánic. “Todo es inútil, se trata de una nave demasiado grande que no está hecha para maniobras ágiles.” Efectivamente, los dos timones con los que contaba la nave eran ridículamente pequeños en comparación con las necesidades que la maniobra requería.

La Historia no se repite, aprende de sí misma por imitación. Así, el nuevo transatlántico que se Europa, ha navegado con el ímpetu propio de los jóvenes, salvando como éstos sus errores mediante el uso del arrojo ante la ausencia de madurez, mientras ha sido posible. Pero a estas alturas, es imprescindible algo más, se necesita la agilidad de maniobra que es propia de la altura de miras política. Y mucho me temo que, como en 1912, los dos timones que tenemos, son manifiestamente incompetentes.

Y si Merkel y Sarkozy son, a todas luces incompetentes, qué decir de los lacayos que corretean a su alrededor como cachorritos asustados, pertenecientes a la última camada. Cuando “Anszar” acudía solícito  a Washington  moviendo la colita como el amigo fiel que era, lograba crear  a su alrededor una imagen de poder creíble, al menos para aquéllos que piensan que el poder se transmite por simpatía, por contacto vamos. Por el contrario, sus herederos, tan sólo han sido capaces de reproducir con éxitos los comportamientos propios del bufón de la Corte. Silencios incomprensibles, que circundan declaraciones todavía más incomprensibles, Ruedas de Prensa en las que está prohibido preguntar, y manifestaciones no hechas, sino farfulladas, en las que tan sólo el principio y el final son audibles, que no comprensibles.

Vivimos un presente dramático. Todo lo que creíamos conoces se desmorona a nuestros pies. El Estado del Bienestar, ese eterno desconocido al abrigo del cual todos hemos dormido barritando como el elefante, convencidos como niños de que las cosas sólo pueden mejorar; se despeña, en una vorágine que ya resulta imparable, una vez que el actual Equipo de Gobierno se siente tan respaldado qué, cuando todavía no ha finalizado el trámite parlamentario de los actuales presupuestos, ya se encuentra, como por otro lado es lógico en términos estrictamente temporales, preparando los siguientes. Y aún en el caso de que eso sea formalmente correcto, qué significa en términos políticos. Pues sencillamente que el actual Gobierno se halla tan inmerso en su orgía de poder, que no considera la actual etapa de reformas estructurales sino como la primera parte de una larga cadena en la que los recortes se sucederán de manera continuada, al menos hasta agosto. A continuación, la puesta en ejecución de los Presupuestos Generales del Estado, dará pie a las conclusiones iniciales de la Reforma Laboral. Si los acontecimientos se suceden como parece, y siempre desde la lógica perversa del dirigente que considera su función principal separar a la Administración del Administrado, llegado ese momento será imprescindible convocar unas elecciones anticipadas buscando en la perversión de la mayoría absoluta la ratificación de un proyecto no de gobierno, sino estrictamente económico; que no habría de demorarse mucho más allá de febrero, o marzo de 2013.

Y mientras, en Francia, Sarkozy acaba de salir vilipendiado de su debate televisado. La Derecha Europea agoniza, tal y como lo hacen sus programas de gobierno, amparados como todos sabemos en unas políticas que encumbran al ejercicio económico al Sancta Sanctorum constituyéndolas en el único deber de un Gobierno. La acción de Gobierno se ve reducida al control de la deuda pública o como dice el insigne Montoro, a garantizar que los acreedores cobren.
Así, mientras en Europa la paciencia se acaba, a la Canciller alemana se le ha acabado el tiempo, y a sus programas basados en el control de la inflación (a propósito, al Sr. Strauss Kan, último defensor de esas medidas se le va a juzgar finalmente); se oponen ya oficialmente teorías que dicen que con el control del gasto no es suficiente, que hacen falta programas de estímulo para el crecimiento; aquí en España la inercia sigue siendo muy grande, y la contramarcha iniciada en Andalucía, tardará inevitablemente un largo tiempo en hacer efecto.

Esperemos sobrevivir al impacto.

Luis Jonás VEGAS VELASCO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario