
Una vez que los ecos de los pasos del Sumo Pontífice, en este caso ecos de pasos fuertes, qué duda cabe, han dejado de resonar, puede ser el momento adecuado no ya para hacer un análisis de su visita, sino para, de forma abiertamente interpretativa, exponer aquí algunas de las consecuencias que el mencionado viaje ha tenido, y de la miserias que ha puesto al descubierto.
Así, en primer lugar, ha de ponerse sobre la mesa el largo catálogo de controversias, sean estas graves en mayor o menor medida, sean estas o no proclives a la demagogia; que han ido apareciendo. Así, seriamente, no seremos nosotros quienes nos conduzcamos a través del argumento cuantitativo, esto es, quienes realimentemos la crítica del gasto económico.
Sinceramente, nosotros pensamos que el verdadero coste de esta visita es otro, un coste verdaderamente impagable, por haberse hecho en moneda no tangible, a saber cediendo en materias como las de la moral, la ética, o incluso las de la Política más profunda.
Me refiero abiertamente, al marcado carácter no ya institucional con el que se ha revestido
¿Cómo van ahora algunos Ministros a decirnos a nosotros que su compromiso para con el Estado (no lo olvidemos, laico y aconfesional, sigue intacto?
El nivel de esperpento alcanzado por algunos, me viene a la cabeza el protagonizado por el Sr. Portavoz del Ejecutivo intentando justificar la variable del denodado coste económico, sólo tiene justificación en el caso de que podamos garantizar que cosas más importantes y transcendentales, tiene narices el término dentro del discurso, se mantengan en realidad inalterables.
Pero comprobamos con decepción que no es así. Y lo hacemos de manera sorprendente, aunque con
¿Se atreve alguien de verdad a decirme dónde estaríamos en este caso si el comentario lo hubiera hecho un Gobierno de Izquierdas, reclamando de la Iglesia que dejara de usurpar aquellas competencias que no le son propias? Pero claro, para eso hace falta un Gobierno de Izquierdas, con todas las consecuencias.
Porque si lo del Sr. Blanco fue de traca, lo de
Es que, tal y como dijo también Rouco. En España abiertamente existe un “gen católico”. ¿Existirá también un gen Musulmán en Arabia, en Egipto…en Siria? Pues si acudís a los manuales de cirugía, en el año 1099 usaban alfanjes y espadas de acero toledano para extirparlo, por ejemplo de Jerusalén. Espero que al menos hoy se usen bisturís.
Y estos son los señores que deciden entre otros sobre los Concordatos con
Pero bueno, como colofón a todo esto podemos acabar de nuevo con Rouco. El Papa se ha ido, y no ha criticado al Gobierno. Y ahora yo pregunto ¿Misión cumplida por ambas partes?
Y estos son los mismos que se sacan de la manga la Amenaza de Reforma Express de
Pero vamos a ver señores. Sinceramente me están diciendo que un motivo exclusivamente económico es la única manera útil para que haya “consenso”. ¿Dónde queda entonces la responsabilidad a la hora de juzgar su comportamiento en otras cosas mucho más importantes?
Y lo peor no es eso, lo peor es que la reforma, hecha a tres meses de las elecciones, nos arroja en manos del Liberalismo.
¿Cómo decirlo? Que Dios reparta suerte…que falta nos va a hacer.
Luis Jonás VEGAS.