miércoles, 12 de septiembre de 2012

DE LA ÓPERA BUFA A LA ZARZUELA, PASANDO POR LOS SAINETES. O DE CUANDO EL CONGRESO SE CONVIERTE EN UN “CORRAL DE COMEDIAS.”


Cuentan las malas lenguas, que cuando el Rey Felipe IV estableció un paraje del Palacio del Pardo como lugar destinados a la diversión mediante el baile, y la representación ordenada de breves piezas musicales; un lugar maravillosamente rodeado de zarzas, de ahí precisamente que a partir de ese momento semejantes piezas hayan pasado a denominarse zarzuelas; realmente no buscaba eso, sino más bien satisfacer otras demandas, al punto y seguramente un tanto más libidinosas, y sin duda más a coro con las pretensiones de un monarca con aspiraciones absolutistas.

Resulta, igualmente posible que en España, la función por la cual tendemos a volcarnos en un proyecto marcado con una determinada línea, para luego acabar alabando las bondades de otro, cuyas aspiraciones son totalmente distintas, si no abiertamente las contrarias, adquiere por otro lado patrón de primacía. Puede que en esto tenga algo que ver la aptitud con la que el español está primorosamente marcado, según la cual bien puede hoy dar su vida por el honor supuestamente mancillado de una dama, para mañana renunciar a su deber de servir a su patria una vez llamado a filas, en pos, no cabe duda, de salvarla.

Y es que así, y sólo así, confundiendo Ópera Bufa con Zarzuela, y Sainete con Género Chico es la única manera que se me ocurre no de comprender, sino de aceptar que en mi derredor no sólo ocurran, sino que además lo hagan investidas de patente de corso, ciertas cosas que, de cualquier otro modo constituirían flagrante delación de obligaciones.
Sin ánimo de ser didáctico, porque alguien se me puede ofender, el fenómeno de la Ópera Bufa es una manifestación artística que surge no como adaptación de la Ópera, sino como modificación expresa de la misma. Se trata no de un ejercicio de adaptación, es en realidad la creación de algo nuevo, totalmente independiente, de un fenómeno que lo único que busca es realmente traducir en sus oyentes todo género de situaciones abiertamente cómicas, buscando la satisfacción del sentido del humor fácil, empleando para ello, como por otro lado es totalmente lógico no la Lengua Seria, como es el caso del Latín, sino la Lengua Romance, o Vehicular, en la que por otro lado se expresarían y entenderían los receptores del mensaje.

Por eso cuando el pasado lunes decidí ponerme frente al televisor para asistir a al exposición que supuestamente habría de llevar a cabo el señor Presidente del Gobierno, quedé francamente desilusionado. No se trataba ya de que, pasados unos pocos minutos se echara francamente de menos la entrada en acción de una buena orquesta, cuyas melodías, surgidas del foso que parecía rodear la fortaleza en la que aparentemente se encontraba ubicados los cinco genios que habían sido elegidos para representar a todo el género periodístico español, un género de todas, todas, llamado a extinguir; sepultaran la tan dramática ejemplificación de vacío y silencio lógico del que en todo momento hizo gala la supuesta exposición. Lo verdaderamente trágico del hecho, es que pasadas más de 48 horas, yo sigo sin ser capaz de identificar sin género de dudas al bufón de la gracia.

Así, mientras el silencio se acercaba de manera peligrosa al patetismo una vez que la ironía gallega era insuficiente no ya para tapar los lapsus, sino para ocultar los vacíos, ya fueran éstos de Programa, o de Concepto, los mismos hubieron de ser sustituidos poco a poco por el ejercicio maniqueo destinado a obviar cuestiones particularmente importantes, tales como el rescate, los recortes, los peligros derivados del resultado de las elecciones en los Territorios Históricos, o los planteamientos con los que habrá de moverse a partir de ahora una vez los renovados vientos nacionalistas hayan prendido convenientemente en la yesca que algunos llevan años desecando.
Pero no, mejor que todo esto, resulta acusar de poco patriotas a todos aquellos que nos dedicamos a revestir la supuesta realidad con un lamentable barniz apocalíptico, incapaces de reconocer una sola de las bondades de lo conseguido por nuestro Presidente.
De igual, o al menos de parecida manera, no son momentos para andar de jarana. Se trata más bien de entender que son estos momentos en los que se exige a todo el mundo arrimar el hombro.
Vamos, que si lo he entendido bien, hemos pasado del conocido y recordado el que se  mueva no sale en la foto, a un lamentable, por lo esperpéntico y poco elaborado todo el que no apruebe las acciones que estamos llevando a cabo, acudirá al juicio con la Historia revestido con la vitola de poco patriota.

Es aquí, y ahora, cuando una vez más me dirijo a usted desde el Territorio Histórico por excelencia, no se asuste, me refiero a Castilla, para someter a su excelsa consideración, algunos aspectos cuya naturaleza me tienen, he de manifestarlo, abiertamente perplejo.
Así, yo me pregunto, dónde encaja, en su estado de las cosas, la flagrante pérdida de soberanía que sin duda converge en torno a las igualmente inefables condiciones que pululan alrededor del cada vez más evidente rescate, en el que ya, sin lugar alguno que dejarle a la duda, refuerza nuestros últimamente lastimosos pasos. ¿O es que verdaderamente piensa que la picada en la que se ha metido nuestra Prima de Riesgo se debe ciertamente a la buena acogida por parte de los Mercados de sus otrosí patéticas Reformas Estructurales?
Sr. Presidente. Aparte de bajar indirectamente las Pensiones con la acción del repago sanitario, hipotecar el futuro de cuando menos un par de generaciones al resacar de la Partida destinada a Educación, y poner en danza a la ONU en tanto que sus medidas de Sanidad restrictivas para con la población inmigrantes, bien pueden ser contraria a los Derechos Humanos, a usted le ha quedado tiempo para agitar las aguas del otrora tranquilo espacio destinados a los nacionalismos en este caso para nada traumatizados.

Lo cierto es, Sr. Presidente, que a estas alturas he de confesarle me tiene un tanto despistado. Sin duda, entre sus libros de cabecera, en el estrecho espacio equidistante entre la Biblia, y la Constitución, me atrevo a pensar que usted tiene la Biografía de Felipe II. Me refiero no a la de Manuel FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, demasiado amable a mi humilde entender, sino a la del inglés. Sin perdernos, le reto a que no obstante en cualquiera de las dos, me encuentre la pista que nos ponga en camino del pasaje en el que un incauto como yo pueda identificar como acto patrio el regalo, el insulto más bien que trae aparejada la cesión de soberanía que sin duda el rescate trae aparejado. ¿Qué lección de patriotismo me he perdido, la de MENÉNDEZ PIDAL, o la de  MARÍAS.

Sr. Presidente, aún a riesgo de ser catalogado abiertamente como mal español, me gustaría que usted me explicara, porque a estas alturas es el único que puede hacerlo, qué se siente cuando se es el responsable último del desmembramiento de España. Porque no lo dude, a pesar de que ustedes llegaron tarde a la declaración de Alto el Fuego de ETA, y ahora se debaten entre el ridículo que produce el no ser capaces de cumplir las leyes que ustedes mismos firmaron, tal y como el Sr. MAYOR OREJA se encarga de demostrar, y el propio de ver al Sr. BASAGOIYI, llorando por las esquinas, a modo de plañidera demasiado vieja para acompañar los óbitos de postín, reclamando su supuesta parte de aquel miserable pastel, la verdad no es otra, una vez más, que la que procede de comprobar que ustedes se han pasado, una vez más, de frenada.

Pero en este caso, una azotaina no va a ser suficiente. Una vez que el PNV sea rebasado por la derecha y por la izquierda, y ustedes sean testigos de excepción del proceso por el cual aquello que no se logró en más de 30 años con las armas, va a ser servido en bandeja por ustedes a la por otro lado innombrable BILDU, será entonces, sin tiempo para reaccionar, cuando en la primavera del año que viene, ustedes asistirán de nuevo al proceso por el que la derecha burguesa catalana, es decir CIU, se vea desplazada por esas hasta ahora latentes células del nacionalismo. Unas células a las que usted, con sus inaceptables políticas ha despertado, haciendo buena a la Mitología Griega que nos enseña que el Krakem no ha de ser despertado, aunque nos tiente el pensar que podemos dominarlo.

Y mientras, Ana PASTOR, a CNN. ¿Contestará Sr, Presidente de mejor humor si la pregunta viene en inglés?
Memorable el momento “Anzar “ y aquél “estamos trabajando en ello.”

Luis Jonás VEGAS VELASCO.

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