miércoles, 29 de mayo de 2013

DANZAD, DANZAD MALDITOS.

Pasan los días, en esta insuperable concreción a la que queda reducido el paso del tiempo cuando se halla sometido al desgraciado filtro de la crisis, y es entonces cuando, una vez más podemos comprobar sus terribles efectos.

Hastiados ya por el más que largo periodo en el que nos encontramos, de poco o de casi nada sirven, a estas alturas, los presagios más o menos patéticos que, lanzados unas veces por los voceros de la corte, y otras, las más desgraciadamente, por algunos de los que sinceramente, cabría esperar mucho más; sinceramente parece que lo único que está verdaderamente por llegar es la tan esperada Reforma Agraria, esa de la que España ha estado adoleciendo durante más de ciento cincuenta años. Así, hemos pasado de los consabidos brotes verdes, a una incipiente recogida de la cosecha que se espera para dos mil catorce.

Y lo más lamentable de todo esto, pasa sin duda por comprobar cómo, una vez más, el tiempo pasa, y lo hace sin duda de manera inexorable.
Se convierte así el tiempo en un lujo, en una materia a la que no todos tenemos el mismo acceso y que, en caso de venir acompañado de términos tales como familiares a cargo, o sencillamente responsabilidad, nos permite rápidamente dibujar un escenario terrorífico del que se pueden extraer muchas consecuencias, todas ellas fundadas en una variable única, e incontestable, la que procede de la realidad pura y dura.

Son curiosos los efectos que se observan de constatar cómo el tiempo, por más que se trate de una variable objetiva por Naturaleza, es capaz de producir consecuencias y de desarrollar consecuencias, ciertamente relativas.
Así, si tal y como hemos puesto de manifiesto, tiene consecuencias terribles en para el individuo si la realidad contextual asociada presenta tintes de angustia, ansiedad o simplemente depresión; en el caso de observar sus desarrollos aplicados a los de los grupos, o en este caso a los de los gobiernos, presentan sorprendentes efectos tranquilizantes, e incluso relajantes.

Es así que, cuando en la mañana de hoy nos despertábamos con la certeza definitiva no ya de que la fenomenal estafa de Bankia era una realidad. De que la OCDE se veía obligada a dar otra vuelta de tuerca más a sus propias previsiones de crecimiento para la zona euro. O de que el juez Castro promueve de manera activa una nueva investigación contra el Sr. CAMPS y la Sra. BARBERÁ en Valencia. Lo cierto es que nada de todo ello resulta lo suficientemente alentador como para llamar mínimamente nuestra atención.

A estas alturas, lo único que parece poder importarnos verdaderamente, es si desde Bruselas han o no accedido a rebajarnos el objetivo de déficit público.

Resulta esto en sí mismo algo tan lamentable, que sin tan siquiera entrar en el fondo del asunto, yo, llegados a este punto, verdaderamente necesito que alguien se ofrezca para traducirme, si no para hacerme comprensibles, aspectos tales como aquéllos que pueden conducirte a celebrar, cuando no abiertamente a vender como un verdadero logro político del cual estar verdaderamente muy orgulloso, un hecho que, después de ser desposeído de sus aditamentos y añadidos, interesadamente inducidos todo hay que decirlo, queda reducido a la tremenda desnudez que puede observarse de la consecución de una medida que lleva implícita dos cosas, por un lado la definitiva y manifiesta incapacidad del Gobierno para gestionar; y por otra la calderilla que a efectos actuales supone la reducción de esas dos décimas de punto en el total del déficit a reseñar a lo largo del presenta año de 2013.
En dos mil millones de euros se cifra el espectacular logro. Una vez más, y sin duda he de empezar a pensar que debido a mi incapacidad para percibir la sensualidad del mundo que me rodea; soy del todo incapaz de inferir motivo alguno que, con visos de solvencia moral, me lleven a explicarme las causas de ese ataque de erotismo desenfrenado en el que parece hallarse inmerso el Partido del Gobierno, y que les lleva a manifestar conductas ciertamente desconocidas y que pasan por ejemplo por ver hoy a la cuasi desaparecido número dos, Sra. De Cospedal, dando aparentes lecciones de economía global de cara a enseñar a sus compañeros de la Derecha menos cavernaria (entiéndase la Derecha Europea) la forma y manera mediante la que a partir de ahora habrían de regirse los destinos del Banco de Inversión.

Me cuentan que el cachondeito ha sido solo comparable al que despierta su Presidente, cuando sí ejerce de tal, en las reuniones de los veintisiete.

Aunque para cachondeo refinado, el que se ha levantado en Paris, en base a la ocurrencia que RAJOY tuvo en mitad de la rueda de prensa organizada con motivo del encuentro con el Sr HOLLANDE, en base a la cual D. Mariano propuso, sin el menor atisbo ni miramiento, algo así como que  las ayudas económicas que habrían de ser destinadas a ayudas para el fomento de las políticas de incentivación del mercado laboral, no computasen en el pasivo de deuda.
Para evitar la carcajada, como hemos podido ver, no ha habido ni tan siquiera respuesta.

O tal vez sí la ha habido. Sobre todo si interpretamos como una respuesta, y como algo más que una declaración de intenciones, la lista de recomendaciones que desde Bruselas nos han hecho llegar. Recomendaciones que sin duda no van a dejar a nadie indiferente, y que pasan de manera para nada velada ni recatada, por el cercenamiento definitivo de lo que ya era la demolición definitiva del Sistema tal y como lo conocíamos.
Pensiones que subirán no ya con arreglo al IPC, sino que verán su flujo sometido a los albores de las situaciones de crisis venideras. Una más que previsible subida de impuestos, con especial impacto sobre el IVA, y una nueva Ley de Reforma Laboral, que deje el despido en términos de libre, consolidan esa nueva realidad de la que aparentemente tan orgulloso ha de sentirse.

Me sorprendo estando de acuerdo con el Sr. AZNAR cuando la pasada semana dijo que no era para esto para lo que se les había dotado de una Mayoría Absoluta.

No quiero dejar que el tiempo y el espacio nos limiten, una vez más, sin hacer específica mención al bochornoso episodio de ideología salvaje con el que esta semana se nos han regalado, y que por otro lado ha pasado casi desapercibido.
Me estoy refiriendo a las palabras del Sr. ROSSEL  quien obrando en su condición y cargo de la CEOE, afirmó sin atisbo de pudor que, no se trata tanto de discutir si la Sanidad Pública o la Sanidad Privada son caras o baratas. Se trata más bien de una cuestión de optimización. Por ello podía considerarse llegado el momento de industrializar la Sanidad.

Resulta curioso cómo, en nuestra cita con la Historia de hoy, hemos de rendirnos a las excelencias que supone el reconocer los esfuerzos que la Derecha hace para recuperar el terreno perdido. Así, si hace unos instantes relatábamos los esfuerzos en pos de recuperar con ciento treinta años de retraso la Ley de Reforma Agraria, qué decir ahora de aquéllos que se hacen en pos de traernos la ocasión perdida en forma de la Revolución Industrial que en España nunca tuvimos.

Sin duda encomiables esfuerzos.

Y a título de colofón, el quehacer semántico que sin duda se esconde detrás del giro tangencial que se esconde tras la adopción de las últimas políticas fiscales y tributarias en España.
Tras años perdidos embarcados en la política kamikaze de la austeridad a cualquier precio, comenzamos a ver ahora presagios de aperturismo hacia el crecimiento.

Lejos de que de ello se desprenda una crítica, solo un comentario. De cara al respeto de todos cuantos se han quedado por el camino víctimas de la política implantada por un Gobierno que en la mayoría de ocasiones ha gobernado de espaldas a sus ciudadanos, incluidos por supuesto sus votantes; ¿alguien tendrá la decencia cuando menos de ir a dejar una flor en sus tumbas?


Luis Jonás VEGAS VELASCO.


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