
Una de las mejores definiciones de presente es aquella que se da en términos axiológicos. Es aquella que dice que el presente es tal cuando el pasado recupera su actualidad en forma de responsabilidades, determinando de forma inexorable los acontecimientos que sin duda harán propio nuestro futuro.
Mientras, en Europa recogemos la semilla que lleva años germinando. La continua lucha que desde 1948 se libra en silencio en los campos europeos, es ahora una lucha silenciosa, sin héroes ni victorias. Es una lucha que se desarrolla en terrenos tan dispares que van desde los palcos de algunas instituciones universitarias, hasta los púlpitos de las iglesias, pasando qué duda cabe por los sillones de los Consejos de Administración de algunas de las Empresas más influyentes de Mundo. Es una lucha sin uniformes, en la que ahora la posesión del Capital ha sustituido a la obligación de conquistar terreno al enemigo, una lucha en la que los uniformes han dado paso a los trajes de americana, y en la que la posesión de una conexión WI-FI puede ser un arma de destrucción masiva.
Así es, en definitiva, cómo se puede empezar a entender a un país que, a día de hoy, necesita de una Ley no ya sólo para saber cuándo pensar, sino por encima de ello cómo hacerlo (De Memoria Histórica la llaman), y que luego desmantela a los jueces que se atreven a ponerla en práctica. Una de las causas, la irrefutable lucha soterrada a la que en este país asistimos, en Campaña Electoral abiertamente, y en las barras de las tabernas más escondida y visceral.
Una lucha en la que en definitiva se enfrentan valores contrapuestos, valores que se diferencian en la forma de ver y entender cosas como el Derecho a la Vida, a la Libertad, a la Educación, y a ese cúmulo de cosas que, lamentablemente hemos creído que nos eran algo propio, por lo que no era necesario luchar.
Hoy mirad como estamos.
Y esa misma serpiente, es la que tapa la boca del niño con la cola, mientras hunde sus fauces en el pecho desprotegido de la complacida madre. Al amanecer, el llanto lastimero del niño hambriento despierta a una madre que, un día más desesperada comprueba como de sus pechos no sale más leche, mientras el infante se cae de inanición. Pero la bicha en sabia, siempre le deja un poco, las escurrieras, lo justo para que el niño se mantenga vivo, en la vana ilusión de la vida. Así ella no habrá de enfrentarse al riesgo de buscar otra víctima, con el riesgo de que los perros la descabecen definitivamente.
A eso nos enfrentamos. Eso es lo que quisimos, porque sin duda lo hemos permitido.
Y finalmente, las previsiones de Juan, en el Apocalipsis, se hacen certezas, y se manifiestan de manera irrefutable para cualquiera que tenga el valor de admitirlo. El Capitalismo se ha ido, y lo ha hecho para no volver.
En breves palabras, el Capitalismo se basa en la gestión especulativa, esto es, en la evolución del precio de las cosas en la medida en que factores externos a ellas mismas modifican su condición, a saber, su valor, sin que se produzca ninguna modificación plausible y constatable en la naturaleza de tales cosas. Este fenómeno, conocido como especulación, es el que hace que la libre circulación de capitales, se convierta hoy en día en la mayor fuente de producción de riqueza en sí misma. Mover dinero genera dinero en sí mismo, y por eso estamos hoy permitiendo que miles de personas pasen hambre en el Cuerno de África, habiendo almacenes con alimentos allí mismo. La causa, aquellos que tienen la llave, la burocracia, no han decidido que ha llegado el momento de abrir las puertas
El Capitalismo se fundamenta en la libertad de mercado. Según sus principios, de este movimiento se suscitará todo, desde las leyes hasta la Axiología, pasando por la educación, la cual formará buenos “aprendices de brujo”.
La realidad es otra por sencilla sorprendente. El valor de todo se logra atendiendo a métodos comparativos. Las cosas valen dependiendo de El Mercado, de La Bolsa, del valor del barril de petróleo, o de la combinación de una serie de cosas que, como denominador común presentan la eterna comparación con algo.
Y al final de la cadena de comparaciones, de una manera u otra, los Estados Unidos. Creador del Capitalismo, y su ferviente guardián. Entonces, si Estados Unidos está en Bancarrota, ¿Qué le queda al Capitalismo?
Si lo digo yo, no tiene valor. El Director del Telegrapg, Charles MOORE, lo puso por escrito el otro día: “Estoy empezando a reconsiderar la posibilidad de que algunas de las cosas que dice la izquierda no estén tan equivocadas.”
Luis Jonás VEGAS VELASCO.
http://www.telegraph.co.uk/news/politics/8655106/Im-starting-to-think-that-the-Left-might-actually-be-right.html