
Y la prueba es evidente, desde el momento en el que la mayor fuente de imágenes de nuestros políticos procede, no tanto del Congreso de los Diputados, como sede del Poder Ejecutivo, sino de otros Edificios, a la sazón sede del Poder Judicial.
El Caso Matas,
En el día de hoy, en el que se cumplen setecientos años de la publicación de la Encíclica por la cual el Papa Clemente V disuelve la Orden de los Templarios, devolviendo a Felipe de Francia los favores que, precisamente le llevaron a ocupar la silla de Pedro; todos asistimos, como en aquella ocasión de manera silenciosa, a la disolución de otra estructura a todas luces más imprescindible que esa otra. Vemos sumidos en la apatía como los mercados, imagen del Liberalismo a ultranza, disuelven el Estado del Bienestar ante el silencio cómplice de unas estructuras de Gobierno que, olvidando de forma consciente su función, así como las responsabilidades que asumieron con los que les llevaron al Poder, participan de forma activa en esa voladura. ¿Devolviendo favores?
El que fuera Concejal de Urbanismo de la Ciudad de Barcelona, y responsable del Proyecto Olímpico de 1992, dice, en una magnífica entrevista concedida a El Diario El Mundo, que Los Estados han vendido al Liberalismo el Estado del Bienestar. Los Ciudadanos hemos regalado
La verdad, no sé que da más miedo, si el hecho de que la pregunta tenga lugar, o la ausencia de una respuesta clara e inequívoca en contra.
Como ingrediente añadido, no es menos cierto que la actitud general de nuestros políticos, precisamente no ayuda. Esos consabidos paseos hasta Sede Judicial, convenientemente acompañados por la cohorte de cámaras de todos los medios del Cuarto Poder, reducen la condición de los afectos hasta unos estados verdaderamente muy lamentables y deprimentes, no tanto para ellos, que han perdido abiertamente todo contacto con la Realidad; como para los ciudadanos que exigimos todavía de manera más o menos activa saber de las acciones de los que, a pesar de que parecen haberlo olvidado, ostentan la responsabilidad de nuestra representación.
Porque de nuevo de eso, y de nada más se trata en realidad, de Responsabilidad.
La Responsabilidad que no ha demostrado el Sr. MATAS, a estas horas ya condenado a más de seis años de cárcel por abusos de poder. La Responsabilidad que no han demostrado los imputados por el Caso Campeón, la que no conocen los imputados en
En cualquier caso, creo firmemente sobran argumentos para comprobar sin lugar a dudas, que el mundo tal y como lo conocíamos, toca a su fin. Que el catálogo que contenía el manual de instrucciones que nos permitía averiguar el orden moral de las cosas que se convertían en Principios, se ha perdido. Que ya nada es lo que era, y, lo que es peor, quedan pocas por no decir ninguna posibilidad de que pueda volver a ser.
En resumidas cuentas. ¿Hace falta alguna prueba más de que, efectivamente, estamos en Crisis?
Luis Jonás VEGAS VELASCO.
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