Confesando un día más mi absoluta incapacidad para ubicarme
en el que más por coincidencia por convicción parece hallarse ubicada la
realidad que me ha tocado vivir; es por lo que una vez más acudo al saber popular en pos si no de las
respuestas, sí al menos de la fórmula con la que aprender a hacer las preguntas
adecuadas; que me encuentro con un antiguo cuento que verdaderamente resulta
más que adecuado.
“Es así que una vez que un gobernante de una de esas tierras
cuyo destino queda más allá del ostracismo, y cuya época queda lejos de
cualquier ánimo de contemporaneidad; decidió abandonar la protección de su
residencia en pos, como él mismo decía: de comprobar si no la manera sí cuando
menos las facultades desde las que sus súbditos vivían sus respectivas vidas.
Fue así como tras efectuar las consultas consideradas como
pertinentes, que eligió no solo las galas que habrían de conformar el
aditamento desde el que consolidar su disfraz, como por supuesto las personas
que habrían de acompañarle en tamaña aventura.
Fue así que tras desmedidos esfuerzos, y una vez elegido
todo, se sorprendió grandemente cuando al pasar por un puente atestado de
hombres y bestias una voz procedente del evidente tumulto no dudó en dirigirse
a él en los siguientes términos:- Sabed bien, mi Señor, que no habéis elegido
bien el día para abandonar palacio. Resulta evidente que lloverá.
Contrariado el gobernante, siguió su camino embebido hay que
reconocerlo en una extraña sensación cuya causa y por supuesto circunstancia,
ni él mismo era capaz de describir con certeza.
Huelga decir que efectivamente, llovió.
Entre contrariado y admirado, el gobernante puso todo su
esfuerzo en localizar a quien tan valiente y adecuado comentario le había
hecho. Fue así que una vez lo tuvo delante le preguntó:- Decidme pues, buen
hombre. Si vuestro presagio, contrario hay que decirlo, al emitido por todos
mis meteorólogos, ha quedado puesto de relevancia como el más adecuado.
¿Aceptaríais un puesto en La Corte?
Obviamente apabullado por la trascendencia de la cuestión,
el yuntero habló así:- Sabed señor que si tal cosa hiciera, no sería en
justicia adecuado mi comportamiento.
- ¿Tendríais pues en cualquier caso a bien revelarnos el
método que empleáis en pos de vuestros acertados vaticinios?
- ¡Faltaría más mi señor! Yo solo observo a mis bestias.
Cuando éstas inclinan hacia atrás sus orejas, es esto señal inequívoca de que
la lluvia no tardará en hacer acto de presencia.
Es así que no es lo
malo que el gobernante tomara efectivamente a su servicio al onagro. Lo
realmente patético es que desde entonces los más cretinos, incluso a veces los
más acémilas son los que más cerca están de los puestos de autoridad; cuando no
se hallan ellos mismos ejerciéndolos.
Una vez sometida a la opinión de los interesados lectores la
idoneidad de la peripecia, lo cierto es que a la vista no tanto de los
acontecimientos, como sí más bien de los respectivos periplos acontecidos en
pos de configurar los escenarios adecuados para que los mismos se desarrollen conforme
a lo que, insisto, parece un plan perfectamente pergeñado, es cuando vengo, una
vez más, a rogar que efectivamente todo lo que hoy conforma nuestro aquí y
nuestro ahora sea, verdaderamente, el resultado de un plan que aun díscolo, a
veces brutal y en la mayoría de ocasiones aterrador, no venga sino a responder
a las fabulaciones que perpetradas por
algo si no por alguien obedezcan a alguna fuerza, por desconocida e
incomprensible que a la mayoría ésta pueda parecernos.
En caso de albergar la menor sospecha en sentido contrario
es decir, en caso de poder pensar que el desfile de monstruos y esperpentos al que cada día asistimos no se corresponde
con ninguna parada organizada; habiendo
de asumir además que si bien efectivamente D. Ramón María del VALLE-INCLÁN está
más que muerto, no podemos esperar que alguno de sus herederos se halle tras
todo esto; será cuando definitivamente haré mía la percepción tan sabiamente
auspiciada en base a la máxima que viene a rezar el consabido: “Si el mundo es
así que se pare, que yo me apeo”.
Traído a colación en este caso no el hecho como tal, cuando
sí más bien el circo de tres pistas en
el que la metáfora parece indicar que todo se ha convertido; no podemos decir a
ciencia cierta que es lo que da más miedo; si el hecho de que los payasos no
causen ni pizca de risa, (que los que ejercen de Aprendiz de Brujo no sean capaces de entender cuándo se acabó la
fiesta), que las fieras hayan perdido sus garras y sus dientes (momento en el
que solo conservan su atisbo de ferocidad amparados en que el domador ha
perdido tanto los reaños como por supuesto el látigo), o que los que hacemos de
público estemos tan hastiados que ni tan siquiera nos mostremos dispuestos a
reclamar la devolución de nuestro dinero por lo insatisfactorio de la
actuación, tal vez porque en el fondo todos sabíamos a qué era a lo que
veníamos.
Salvando pues las distancias, y una vez comprobado que hasta
las metáforas son innecesarias en tanto que la realidad se encarga de dejarlas
por baldías; es por lo que finalmente he de plantear abiertamente la cuestión
que desde hace varias semanas viene perforándome las paredes cerebrales. ¿De
verdad que la manera de gestionar el mal llamado asunto catalán no se puede empeorar?
Reiterando no tanto mis convicciones como sí más bien los
procederes hoy usados para encaminar la expresión de las mismas; digo que como
ciudadano, amante del momento y del lugar en el que se desarrolla mi vida, y
aun a riesgo de reconocer que no transijo con la mayoría de los protocolos de
los que se sirven quienes se empecinan en
decir que nos gobiernan; no es menos cierto que de verdad confío con la
fuerza con la que solo el neurótico sabe hacerlo en que efectivamente, otra
tripulación ajena a la que formalmente pilota esta nave sea la que en realidad dirige
nuestros designios.
Así y solo así podremos acertar a asumir, que no a
comprender, el porqué de esta extraña sucesión de hechos conformados a partir
de la ausencia de actos. Actos que se echan en falta a raíz de cuestiones tales
como la inacción con la que se han saludado declaraciones como las efectuadas
por el Ex-presidente del Gobierno GONZÁLEZ MÁRQUEZ. Silencios como los que han
acompañado la sonora bofetada en que
se traduce la respuesta dada por el Sr. Aznar vinculada a la manera mediante la
que el Sr. Presidente del Gobierno de España se ¿enfrenta? al ¿Desafío
Champions? Perdón, al Desafío Soberanista.
Chanzas, que no bromas, aparte; la verdad es que una vez
dimitidos los payasos, destituido el domador, y enajenado el público, solo una
cuestión nos queda por resolver: ¿Al mártir le erigiremos una estatua, o
bastará un monumento conmemorativo?
Que nadie se eche las manos a la cabeza, ni por supuesto se
detraiga si desea por el contrario echar
los pies por alto. La realidad es que el día elegido para la comparecencia
del Sr. Presidente en funciones de la Generalitat de Cataluña, el próximo día
15 de octubre, coincide con la fecha del fusilamiento de Lluis COMPANYS. ¡Genio
y figura, hasta la sepultura!
Si bien lo expuesto hasta el momento puede tener un pase. Aceptando pues que los caminos del Señor son inescrutables. O
que tal vez La Ley de Murphy ha
tenido un día de gloria; lo que no
tiene ni por asomo razón de ser es lo
desapercibido que han pasado las palabras del Sr. Ministro de Justicia el cual
ayer, al ser interpelado en relación a la idoneidad de la comparecencia del Sr.
MAS como imputado; ni corto ni perezoso vino a decir algo así como que peor hubiese sido si se le toma declaración
en mitad de la campaña electoral. ¿Puedo deducir entonces que
efectivamente, aun siendo para bien, ha
existido influencia gubernamental?
¡Olé por la separación
de poderes! Cierto es que desde lo de la modificación del T.C. los que se
empeñan en creer en los Mundos de Yupy se
habían quedado un poco debilitados. Ahora mismo es mejor que se pasen a la
versión descremada de Barrio Sésamo.
Y así, con paso firme y decidido, seguimos construyendo la
leyenda de un mártir. Ahora si la CUP le
vota, será porque como algunos siempre supieron, ellos siempre fueron independentistas. De hacer ejercicio de
autocrítica, ni por asomo. No vaya a ser que pasemos por personas razonables.
En resumidas cuentas, la Galería de aspirantes a premio sigue creciendo. La pena pasa por comprobar una
vez más que la gala de entrega de los mismos volverá a sernos negada.
Pues nada, como diría nuestro Presidente, habrá que seguir
esperando.
Luis Jonás VEGAS VELASCO.
Confesando un día más mi absoluta incapacidad para ubicarme
en el que más por coincidencia por convicción parece hallarse ubicada la
realidad que me ha tocado vivir; es por lo que una vez más acudo al saber popular en pos si no de las
respuestas, sí al menos de la fórmula con la que aprender a hacer las preguntas
adecuadas; que me encuentro con un antiguo cuento que verdaderamente resulta
más que adecuado.
“Es así que una vez que un gobernante de una de esas tierras
cuyo destino queda más allá del ostracismo, y cuya época queda lejos de
cualquier ánimo de contemporaneidad; decidió abandonar la protección de su
residencia en pos, como él mismo decía: de comprobar si no la manera sí cuando
menos las facultades desde las que sus súbditos vivían sus respectivas vidas.
Fue así como tras efectuar las consultas consideradas como
pertinentes, que eligió no solo las galas que habrían de conformar el
aditamento desde el que consolidar su disfraz, como por supuesto las personas
que habrían de acompañarle en tamaña aventura.
Fue así que tras desmedidos esfuerzos, y una vez elegido
todo, se sorprendió grandemente cuando al pasar por un puente atestado de
hombres y bestias una voz procedente del evidente tumulto no dudó en dirigirse
a él en los siguientes términos:- Sabed bien, mi Señor, que no habéis elegido
bien el día para abandonar palacio. Resulta evidente que lloverá.
Contrariado el gobernante, siguió su camino embebido hay que
reconocerlo en una extraña sensación cuya causa y por supuesto circunstancia,
ni él mismo era capaz de describir con certeza.
Huelga decir que efectivamente, llovió.
Entre contrariado y admirado, el gobernante puso todo su
esfuerzo en localizar a quien tan valiente y adecuado comentario le había
hecho. Fue así que una vez lo tuvo delante le preguntó:- Decidme pues, buen
hombre. Si vuestro presagio, contrario hay que decirlo, al emitido por todos
mis meteorólogos, ha quedado puesto de relevancia como el más adecuado.
¿Aceptaríais un puesto en La Corte?
Obviamente apabullado por la trascendencia de la cuestión,
el yuntero habló así:- Sabed señor que si tal cosa hiciera, no sería en
justicia adecuado mi comportamiento.
- ¿Tendríais pues en cualquier caso a bien revelarnos el
método que empleáis en pos de vuestros acertados vaticinios?
- ¡Faltaría más mi señor! Yo solo observo a mis bestias.
Cuando éstas inclinan hacia atrás sus orejas, es esto señal inequívoca de que
la lluvia no tardará en hacer acto de presencia.
Es así que no es lo
malo que el gobernante tomara efectivamente a su servicio al onagro. Lo
realmente patético es que desde entonces los más cretinos, incluso a veces los
más acémilas son los que más cerca están de los puestos de autoridad; cuando no
se hallan ellos mismos ejerciéndolos.
Una vez sometida a la opinión de los interesados lectores la
idoneidad de la peripecia, lo cierto es que a la vista no tanto de los
acontecimientos, como sí más bien de los respectivos periplos acontecidos en
pos de configurar los escenarios adecuados para que los mismos se desarrollen conforme
a lo que, insisto, parece un plan perfectamente pergeñado, es cuando vengo, una
vez más, a rogar que efectivamente todo lo que hoy conforma nuestro aquí y
nuestro ahora sea, verdaderamente, el resultado de un plan que aun díscolo, a
veces brutal y en la mayoría de ocasiones aterrador, no venga sino a responder
a las fabulaciones que perpetradas por
algo si no por alguien obedezcan a alguna fuerza, por desconocida e
incomprensible que a la mayoría ésta pueda parecernos.
En caso de albergar la menor sospecha en sentido contrario
es decir, en caso de poder pensar que el desfile de monstruos y esperpentos al que cada día asistimos no se corresponde
con ninguna parada organizada; habiendo
de asumir además que si bien efectivamente D. Ramón María del VALLE-INCLÁN está
más que muerto, no podemos esperar que alguno de sus herederos se halle tras
todo esto; será cuando definitivamente haré mía la percepción tan sabiamente
auspiciada en base a la máxima que viene a rezar el consabido: “Si el mundo es
así que se pare, que yo me apeo”.
Traído a colación en este caso no el hecho como tal, cuando
sí más bien el circo de tres pistas en
el que la metáfora parece indicar que todo se ha convertido; no podemos decir a
ciencia cierta que es lo que da más miedo; si el hecho de que los payasos no
causen ni pizca de risa, (que los que ejercen de Aprendiz de Brujo no sean capaces de entender cuándo se acabó la
fiesta), que las fieras hayan perdido sus garras y sus dientes (momento en el
que solo conservan su atisbo de ferocidad amparados en que el domador ha
perdido tanto los reaños como por supuesto el látigo), o que los que hacemos de
público estemos tan hastiados que ni tan siquiera nos mostremos dispuestos a
reclamar la devolución de nuestro dinero por lo insatisfactorio de la
actuación, tal vez porque en el fondo todos sabíamos a qué era a lo que
veníamos.
Salvando pues las distancias, y una vez comprobado que hasta
las metáforas son innecesarias en tanto que la realidad se encarga de dejarlas
por baldías; es por lo que finalmente he de plantear abiertamente la cuestión
que desde hace varias semanas viene perforándome las paredes cerebrales. ¿De
verdad que la manera de gestionar el mal llamado asunto catalán no se puede empeorar?
Reiterando no tanto mis convicciones como sí más bien los
procederes hoy usados para encaminar la expresión de las mismas; digo que como
ciudadano, amante del momento y del lugar en el que se desarrolla mi vida, y
aun a riesgo de reconocer que no transijo con la mayoría de los protocolos de
los que se sirven quienes se empecinan en
decir que nos gobiernan; no es menos cierto que de verdad confío con la
fuerza con la que solo el neurótico sabe hacerlo en que efectivamente, otra
tripulación ajena a la que formalmente pilota esta nave sea la que en realidad dirige
nuestros designios.
Así y solo así podremos acertar a asumir, que no a
comprender, el porqué de esta extraña sucesión de hechos conformados a partir
de la ausencia de actos. Actos que se echan en falta a raíz de cuestiones tales
como la inacción con la que se han saludado declaraciones como las efectuadas
por el Ex-presidente del Gobierno GONZÁLEZ MÁRQUEZ. Silencios como los que han
acompañado la sonora bofetada en que
se traduce la respuesta dada por el Sr. Aznar vinculada a la manera mediante la
que el Sr. Presidente del Gobierno de España se ¿enfrenta? al ¿Desafío
Champions? Perdón, al Desafío Soberanista.
Chanzas, que no bromas, aparte; la verdad es que una vez
dimitidos los payasos, destituido el domador, y enajenado el público, solo una
cuestión nos queda por resolver: ¿Al mártir le erigiremos una estatua, o
bastará un monumento conmemorativo?
Que nadie se eche las manos a la cabeza, ni por supuesto se
detraiga si desea por el contrario echar
los pies por alto. La realidad es que el día elegido para la comparecencia
del Sr. Presidente en funciones de la Generalitat de Cataluña, el próximo día
15 de octubre, coincide con la fecha del fusilamiento de Lluis COMPANYS. ¡Genio
y figura, hasta la sepultura!
Si bien lo expuesto hasta el momento puede tener un pase. Aceptando pues que los caminos del Señor son inescrutables. O
que tal vez La Ley de Murphy ha
tenido un día de gloria; lo que no
tiene ni por asomo razón de ser es lo
desapercibido que han pasado las palabras del Sr. Ministro de Justicia el cual
ayer, al ser interpelado en relación a la idoneidad de la comparecencia del Sr.
MAS como imputado; ni corto ni perezoso vino a decir algo así como que peor hubiese sido si se le toma declaración
en mitad de la campaña electoral. ¿Puedo deducir entonces que
efectivamente, aun siendo para bien, ha
existido influencia gubernamental?
¡Olé por la separación
de poderes! Cierto es que desde lo de la modificación del T.C. los que se
empeñan en creer en los Mundos de Yupy se
habían quedado un poco debilitados. Ahora mismo es mejor que se pasen a la
versión descremada de Barrio Sésamo.
Y así, con paso firme y decidido, seguimos construyendo la
leyenda de un mártir. Ahora si la CUP le
vota, será porque como algunos siempre supieron, ellos siempre fueron independentistas. De hacer ejercicio de
autocrítica, ni por asomo. No vaya a ser que pasemos por personas razonables.
En resumidas cuentas, la Galería de aspirantes a premio sigue creciendo. La pena pasa por comprobar una
vez más que la gala de entrega de los mismos volverá a sernos negada.
Pues nada, como diría nuestro Presidente, habrá que seguir
esperando.
Luis Jonás VEGAS VELASCO.
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