miércoles, 20 de junio de 2012

DE LA ALTANERÍA A LA CHULERÍA, PASANDO POR SU JUSTO TÉRMINO MEDIO, LA ARROGANCIA.


Porque sí, desgraciadamente, tal es el nivel de desasosiego moral en el que nos hallamos inmersos que, en el caso de que ésta se hubiese dado con un mínimo de elegancia, incluso la altanería hubiese sido aceptada como una opción viable, de cara a determinar el tono que embarga las explicaciones del Gobierno. Imaginen en consecuencia el nivelazo genérico que engloba las actuaciones en general. Verdaderamente algo más que lamentable.

Y si de lamentable podemos calificar la conducta general que predomina no ya en el Gobierno, sino en aquello que podríamos considerar acción y efecto de gobernar, de intolerable hemos de empezar a catalogar el hecho manifiesto según el cual, hasta hace algunas fechas podía cabernos la duda de que pensaran que la acción de votar, nos volvía a todos estúpidos. Hoy, el Sr MONTORO, y Cia nos han desvelado que, en realidad, están convencidos de tal hecho.
Sólo así se explica la actitud general que a estas alturas parece presidir la forma de pensar y comportarse de unos y otros. Presidentes del Gobierno que huyen por puertas traseras, cuando no dejan directamente a periodistas con la palabra en la boca. Ministros de Economía que denuncian con su mirada la sensación de que todos deberíamos arder en la hoguera (¿de las vanidades?) por no entender Principios, según ellos inamovibles, si bien a la semana siguiente tanto una cosa como la otra han sido ya víctimas de la lapidaria rueda de la actualidad. O, como en el caso de hoy mismo, Ministros de Hacienda que llaman idiotas a todos los miembros de la oposición, a la par que catalogan de cretinos a todos los que damos algún viso de credibilidad a portadas de medios de comunicación extranjeros, los cuales, como el Telegraph dan por segura ya hoy la intervención masiva en Italia y España. Pero claro, no podemos olvidar que es la misma situación que hace algunos (pocos) días, llevó a la Sra. Vicepresidenta del Gobierno, a negar que España hubiera de acudir a los fondos de ayuda, para sufragar el restablecimiento de la (¿normalidad?) en las cuentas de las Finanzas Españolas.

Todo esto ha de ser sometido a los cánones del contexto que aporta situación y coherencia a los hechos. Un contexto que bien podría ser el que la rueda de prensa del propio RAJOY, dada a las 02-00 horas de la madrugada en España, podría resumirse en el brillante hecho según el cual, nuestro ingente y nunca suficientemente loado Presidente, ha acusado indirectamente a MERKEL de mentir (¿Cual bellaca?), en el contexto de su aparición. Todo ello en México, dentro de la Jornada de Clausura de la Reunión del G 20, circunstancia que, como sabemos todos, monopoliza todo.

Pero lamentablemente, para el caso español, el parapeto que tal hecho puede proporcionarnos, deja de tener vigencia este mismo miércoles, momento en el que RAJOY habrá de someterse, en todos los sentidos, a cuantas cuestiones quieran plantearle nuestros socios en la desgracia, en esa “minicumbre” que se desarrollará el viernes, en Roma. MERKEL, HOLLANDE, MONTI… se arrojarán sin duda sobre un RAJOY que habrá, nuevamente de revestirse con una buena coraza, tal vez la del cinismo que tan buenos resultados le ha dado hasta el momento, para tratar de repeler los disparos que sin duda le lloverán. Disparos que unas veces procederán directamente de los intervinientes, y otras veces serán la interpretación libre del discurso beligerante que contra nosotros están pronunciando terceros países, como Finlandia, Suecia, y sobre todo la propia Holanda, los cuales están deseosos de explicarle a D. Mariano la diferencia entre Arrogancia, y chulería.

LA ARROGANCIA, ES LA CAPACIDAD DE “ARROGARSE” ALGO, ESTO ES, ATRIBUIRSE DE MANERA OBJETIVA LA CAPACIDAD FRANCA DE HACER O VER COSAS CON MÁS APTITUD QUE LOS DEMÁS. LA CHULERÍA NO ES SINO LA VERSIÓN GROSERA DE SEMEJANTE ACTO.

Sin embargo, una vez superados los discursos léxicos, la verdad brilla en el momento en el que la misma dice que se siente mucho más cómoda en el rincón de las certezas, de las aptitudes. En ese momento, la chulería pierde el halo de belleza que alguna vez tuvo, y deja en la soledad a aquél que, demasiado tarde, algún día habrá de comprender qué, efectivamente, no sólo es Presidente del Gobierno, sino que las circunstancias nos llevan a exigirle que comprenda que  ya es hora de empezar  a comportarse como tal.
Entonces nos enfrentaremos a la paradoja de ver a todo un Presidente del Gobierno, condenado literalmente al ostracismo.

La Soledad, un término de por sí absolutamente contradictorio para con las norma de juego que en la actualidad tenemos planteado. El ostracismo sólo se argumenta desde la falta de confianza, y tal hecho es el que nos permite descender de manera definitiva del mundo de la abstracción, en el que aparentemente nos movemos, al mundo de lo conciso. Una concisión que por otro lado se materializa en cosas como la prima de riesgo, o los intereses de capitalización, o más concretamente, en la lectura de las consecuencias que la distinta ubicación de éstos últimos pueden tener de cara a condicionar aspectos tales como que los 100.000 millones de Euros que aparentemente están destinados a salvarnos, no acaben convirtiéndose finalmente en la pesada losa que algunos llevamos tiempo denunciando. Una losa cuyo peso nos arrastre demasiado abajo, durante demasiado tiempo, en este descenso que es la metáfora perfecta del momento en el cual nos hallamos inmersos.
Pero para concreción, la aportada por las frías cifras. Los miles de millones de Euros que España está finalmente condenada a recibir, traen aparejado la ruina conceptual del país, en la medida en que nos arrojan a un pozo sin fondo en lo que conlleva el tiempo que necesitaremos para volver no ya a la posición original, del todo inalcanzable, sino a una posición digna. Aún si esto no fuese suficiente, los interese, o más concretamente la duda técnica que genera el no saber a ciencia cierta dónde diantres, en qué partida presupuestaria, habremos de colocarlos; hace degenerar aún más la situación en la medida en que la acción de apuntar éstos, hará del todo imposible alcanzar el techo de déficit que, supuestamente, motivaba toda la situación que hasta aquí nos ha traído.

Y para colmo de todo, la mentira. Una mentira que, en el caso de Mariano RAJOY, alcanza un tono estrepitoso, desde el momento en el que, aderezada con la chulería que suscita todo esto, se convierte en el único modo de disfrazar la absoluta inacción que preside todo su Ejercicio de Gobierno. Un ejercicio basado en ocultar un hecho taxativo, la absoluta carencia de un Programa de Gobierno desde el que articular, para bien o para mal, la acción propia de gobernar. De esta manera, gobernar se convierte en interpretar un papel, un papel que nos sitúa bastante cerca de la Tragedia Griega que encumbró a algunos, como el mismísimo Stylo. Una tragedia que en el caso de otros, y para desgracia de la mayoría, desencadenará, ya no cabe duda una serie de acontecimientos traumáticos los cuales además se extenderán durante un plazo nunca inferior a las dos generaciones.

Y como pruebe evidente de la incapacidad para comprender la magnitud de la obra a la que se enfrentaba, la acción, o más concretamente la falta de la misma, de no nombrar un Vicepresidente de Asuntos Económicos. Desde el prisma de la certeza de que la Economía era a todas luces, en el momento de su nombramiento, el asunto por excelencia, ¿cómo explicar que no sólo no pusiera por delante de sí un baluarte, alguien que directamente absorbiera la primera andanada de los que sin duda serían mortales ataques? Sencillamente porque nunca valoró suficientemente el calado de la que se le venía encima.

Y como conclusión de la Tragedia Griega, la pérdida de rumbo, el desnorte. No se trata ya de que el pueblo, en su estulticia e ignorancia, no comprenda nada. Tampoco sería importante que los que somos abiertamente malos, apátridas o traidores, sigamos viendo fantasmas tras las acciones de un supuesto Gobierno, aún en el caso de que alguien fuera sinceramente capaz de ver algo serio detrás de las acciones. El verdadero drama se desencadena cuando ya ni tan siquiera en el seno de sus más próximos se atisba la menor manera de vislumbrar una salida mínimamente decente.

Por ello, en un repunte de responsabilidad (es la primera vez que uso hoy el término), los que canalizan a la verdadera Derecha, ya tienen preparado a estas horas el relevo del Presidente. Y digo del Presidente porque no va a tratarse de una mera sustitución. Se trata de la absoluta superación de una manera de ver la Política, aquélla según la cual nosotros votábamos, y aún a riesgo de equivocarnos, gobernaba la persona designada. Por el contrario, el elegido constituye la certeza de que el antiguo Sistema ha sido superado. Inaugurará por el contrario la era de la Tecnocracia en España, y nos pondrá a todos, literalmente al orden.

Una vez más, no es que la Historia se repita, es que se reproduce a sí misma con ligeros matices. Así, como en el caso de la Caída del Imperio Romano,”… el enemigo viene del Norte, vestido con pieles que le hacen aparentemente irreconocible…” Sin embargo, a diferencia de ésta, cuando se despoje de sus pieles, de su indumentaria para ser más certero, nos llevaremos la sorpresa de que no sólo no es bárbaro, sino que habla castellano muy claro.

Julio Verne dio la vuelta al mundo en ochenta días, a nosotros puede que nos sobre con ochenta horas para ser virtualmente revolucionados.

Luis Jonás VEGAS VELASCO.

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